Diez años después de Ghandi, Attemborough quiso repetir éxito con la formula del biopic y se embarcó en la adaptación de las memorias del inmortal Charlot. El resultado, sin desmerecer en absoluto se quedó corto y las múltiples caras del genio y sus periodos creativos y vitales corren apresurados como en una de sus cintas de un rollo en una enumeración de momentos y situaciones, síntesis y aproximación forzada de una vida tragicómica que daría para varias cintas.
El cariño y la nostalgia hacen que sigamos con interés su periplo vital trufado de escenas de sus películas y que el irregular ritmo narrativo y la frustración de no poder profundizar más en cada camino abierto no nos deje mal sabor de boca.
Excelente entrante pues, si lo completamos con el magnifico documental Vida y obra de Charles Chaplin realizado en el 2003 por Richard Schickel y evidentemente la propia obra del genio.
Robert Downey Jr. se consolidó con su creación del vagabundo universal.