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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Drama Johnny Friendly (Lee J Cobb), el jefe del sindicato portuario, utiliza métodos mafiosos para controlar y explotar a los estibadores de los muelles neoyorquinos. Terry Malloy (Marlon Brando), un boxeador fracasado que trabaja para él, se ha visto involuntariamente implicado en uno de sus crímenes. Cuando Malloy conoce a Edie Doyle (Eva Marie Saint), la hermana de la víctima, se produce en él una profunda transformación moral que lo lleva ... [+]
10 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha vuelto casi imposible desligar esta película de la vida privada de su director. Si bien es cierto que ya por el 47 Kazan y Miller  ya le estaban dando vueltas al tema de las mafias  y la corrupción en los muelles de Nueva York con un guión del segundo llamado "The Hook", no parece menos cierto que el propio Kazan utilizó el material para "justificar"  su delación a sus compañeros durante la tristemente conocida como "caza de brujas".
Según la RAE la diferencia entre delator y chivato es que el primero informa de algo censurable, públicamente y el segundo de cualquier cosa y en secreto. Por consiguiente tanto el personaje interpretado por Brando como el propio Kazan serían delatores, que a pesar de las connotaciones negativas que arrastra el término estarían justificados por el bien común y requerirían dosis de valor ante las posibles represalias de los delatados. Pero... Terry Malloy impelido por su conciencia sabe que si lo hace perderá el trabajo acomodado del que goza e incluso la vida mientras que Kazan sabe que si no lo hace su brillante carrera tocará a su fin como la de aquellos a los que delató. Hay diferencia.
Al final siempre es un tema de intereses personales egoístas. El propio Brando que ya sabía de la delación de Kazan y que por ello rechazó en principio el papel acabó aceptandolo cuando, según la biografía del propio Kazan, se enteró que estaban probando para el mismo a un joven actor que podía hacerle sombra. Un tal Paul Newman.

La película se basa en personajes reales y en los tejemanejes de corrupción de la mafia en los muelles donde las propias navieras, la alcaldía, la policía e incluso la iglesia sacaban tajada del asunto según el libro que escribió el propio guionista Bud Schulberg quien a sus vez bebió de las fuentes de los 24 artículos merecedores del Pulitzer que publicó el periodista Malcolm Johnson a finales de los 40 en el "The New York Sun".
A Zanuck de la Fox no le interesó el tema y Cohn de la Columbia, que al final acabó distribuyendola, quería que los sindicalistas corruptos se tornaran en comunistas declarados. Al final fue el  independiente San Spiegel quien acabó encargándose de su producción. John Garfield que había rechazado el Kowalsky que encumbró a Brando con "Un tranvía llamado deseo" del propio Kazan, fue también la primera opción para el personaje de Malloy. Desgraciadamente el fallecimiento del propio Garfield lo impidió. El baile de actores fue constante, en el que se vió implicado Frank Sinatra que estaba empeñado en pillar algún papel en la cinta y que se cabreó bastante al no conseguirlo. Eva Marie Saint  llegó en el último momento un poco pasadita de edad (30 años) para un personaje originalmente escrito de 19 añitos siendo su debut en la gran pantalla. Se llevó el Oscar gracias, amén de su actuación,  a que Seagel consiguió incluirla en la categoría de actriz de reparto cuando en realidad era protagonista.  Como anécdota, estaba embarazada durante el rodaje. Por otro lado, independientemente de los muchos méritos que tiene la cinta, sería ingenuo pensar que los 8 Oscars que le concedió la Academia no estuvieran influenciados por el ambiente de la caza de brujas imperante en la industria.

Casi lo que más me gusta de esta película es su casi totalidad de rodaje en exteriores en los propios muelles, captando la atmósfera endogámica de los mismos con auténticos estibadores mezclados con los actores que la fotografía de Boris Kaufman en blanco y negro sabe resaltar con maestría y que también fue premiada con un Oscar. Paradojicamente la escena más famosa es la del interior del taxi entre los dos hermanos rodada en estudio en una vieja cabina de taxi de otras producciones a la que tuvieron que poner chapuceramente una cortinilla de fondo porque Siegel parece que no había abonado el trabajo de las necesarias transparencias. Escena a mi juicio sobrevalorada, con las famosas leyendas de cuanto porcentaje hubo de improvisación y con la que ninguno de los dos actores, Steiger y Brando acabaron satisfechos. El primero por que Brando se tuvo que ausentar en los primeros planos de Steiger y no pudo darle las replicas y porque Brando no acababa de convencerle la verosimilitud de la escenas, evidentemente algo forzada. Ambos eran los suficientemente buenos actores como para sacarla adelante notablemente.
La historia de superación de este hombre ingenuo que sacrificó lo que pudo ser en la vida, su carrera como boxeador por dejarse llevar por las influencias de un entorno de vida fácil en la que su hermano influye y justifica sus propias decisiones. El amor y la conciencia alentada por ese cura intempestivo y algo monolítico que interpreta el siempre grande Karl Malden despiertan en este "palomo" el deseo de cambiar de ser él mismo con todas sus consecuencias y luchar con los "halcones" que le amenazan.
Personalmente no acaba de convencerme en general la química entre Brando y Eva Marie y la propia actuación de Brando creo que alterna momentos maravillosos (la escena del guante en el jardín entre otras) con otros donde fuerza los recursos actorales y al menos yo le encuentro "más falso". Brando  se preparó su personaje basándose en  su amigo Al Lettiere un joven conocido de la Mafia que acabó por actuar posteriormente en "El padrino".  En su propia autobiografía Brando reconoce que cuando vió por primera vez su actuación en la película se sintió avergonzado de sí mismo y profundamente defraudado. Sin estar de acuerdo lógicamente si que pienso que fue consciente de que no era oro todo lo que relucía. En cualquier caso la Academia se la "debía" por no darle el merecidísimo Oscar en "Un tranvía..." y pudo compensarle en esta ocasión.
Volviendo al tema del principio, al final Kazan quiso zanjar la cuestión de su delación con esa bajada simbólica del cierre de la nave donde los estibadores vuelven al trabajo una vez perdonado a Malloy. Obviamente no lo consiguió.

cinezi
ELZIETE
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