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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Drama Durante un hermoso verano, un escritor, siempre demasiado ocupado y de temperamento frío y distante, va a pasar unos días con sus hijos, un adolescente y una joven con problemas mentales, que está casada con un médico que la cuida con gran ternura. Su estancia en la isla donde viven sus hijos desencadena una crisis que los afecta a todos, pero especialmente a él, porque toma conciencia de su incapacidad para darle a su familia lo que espera de él. (FILMAFFINITY) [+]
19 de abril de 2021
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Bergman se encuentra en plena madurez (43 años) con 6 hijos a sus espaldas, cuatro matrimonios (la película está dedicada a Kabi Laretei su esposa en ese momento), dos amantes y en la cresta de la ola artística. Acaba de ganar el Oscar en el 60 a la mejor película de habla no inglesa con "El manantial de la doncella" y volverá a hacerlo con la que nos ocupa.

Sus paranoias o inquietudes (a gusto del consumidor) existenciales y filosóficas y sus propios demonios interiores sobre todo familiares que nunca le abandonaron toman aquí un nuevo rumbo en el inicio de una trilogía junto con "Los comulgantes" y "El silencio" ambas en el 63 que él en principio no reconoce y más tarde aceptará (Begman nunca fue muy fiable hablando de su propia obra) por el común denominador de temas que tratan como la soledad, la incomunicación y la ausencia de Dios. Inicio de sus largas  estancias en la isla sueca de Farö donde  rodará este y otros films limitándose a unos pocos personajes, de su troupe actora habitual. Es el sexto trabajo con Harriet Andersson por ejemplo.

Una mujer vive en una isla junto con su marido y su hermano pequeño. Su esquizofrenia heredada de su madre la tiene atrapada y dividida entre dos mundos, el real y el espiritual irreconciliables según declara en un momento dado. Su marido la cuida pero no la entiende, su relación marital esta muerta, ella busca desahogo emocional y algo más en su hermano, aún virgen e inocente. Su padre acude a la isla conformando un cuarteto que tras unos minutos iniciales donde intentan guardar las apariencias afloran todos sus carencias y culpas en sus caóticas relaciones. Bergman pone en cada uno de ellos mucho de su propia cosecha personal.

El Dios redentor que de sentido a todo ello acaba por ser una monstruosa araña de malévolas intenciones o "un helicóptero" o puede que sea el amor el auténtico Dios que nos concede el indulto de la pena de muerte a la que estamos abocados, según expresan el padre en esa coda final un tanto estrambote que cierra la cinta. O puede que todo sea una visión distorsionada a través de ese espejo oscuro que cita San Pablo en una carta a los Corintios y que da lugar al título de la cinta: “Pues ahora vemos de un modo oscuro, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco sólo de modo fragmentario; pero luego conoceré así como soy conocido”. 

Lo cuenta Bergman con su maestría habitual, sin abandonar el aroma teatral y una excelsa fotografía en blanco y negro de Sven Nykvist. Impecable como siempre el elenco con Harriet Andersson como eje principal y un exhaustivo montaje durante dos meses en el que Bergman poco más que se encerró con su montadora Ulla Ryghe.

Para terminar he de reconocer que personalmente no me ha causado tanto efecto emocional como sus trabajos anteriores más corales y a mi juicio más interesantes en fondo y forma como por ejemplo "Fresas salvajes" (1957). La crítica norteamericana, a pesar del Oscar, tardó años en reivindicarla. Y es que te pongas como te pongas el maestro siempre se sale con la suya.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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