Hay que pelear por lo que se quiere. Aunque los tiempos se pongan difíciles. Aunque no sepamos muy bien lo que queremos, aunque tengamos miedos e inseguridades. En el viaje, en el camino, nadie dice que será fácil, a quien seguro nos encontraremos será a nosotros mismos.

Este podría ser el mantra de esta entretenida película donde el carisma de su protagonista, perro incluido (son dos) y un buen trabajo con los monstruos digitales surca con buen rumbo aguas de cine para adolescentes, familiar y de aventuras de la mano de un acertado Michael Matthews, director sudafricano que sube peldaños en la industria. El homenaje final cangregil a la película "La isla misteriosa" ( Cy Endfield / 1961)  sobre la novela homónima de Julio Verne me llena de nostalgia, de cines de barrio de sesión continua, de amores primerizos..., donde soñar con "esa vida de repuesto" (J.L.Garci) que es y seguirá siendo el cine.

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