A la tercera va la vencida. Al final las habilidades del director en el mundo del CGI (Imágenes generadas por computador) han dado mejor resultado aplicadas a una historia real que a sus dos "pinchazos" anteriores con la ciencia ficción. "Tron" y "Oblivion", dejaron bastante que desear.

Ahora sin embargo Kosinski y sus guionistas se muestran aplicados en una narrativa que no deja de ser convencional y hasta cierto punto previsible, más si se conoce de antemano la historia, dado que cuenta hechos reales ocurridos en el 2013. Sin embargo el equilibrio entre lo particular y lo espectacular esta conseguido y la historia fluye sin que el excesivo metraje acabe pesando demasiado, beneficiado en buena medida por el crescendo de la narración que desemboca en un emotivo final. Entre medias, la calidad de los actores, (siempre es gratificante recuperar a Jennifer Conelli) hace que las subtramas funciones en su justa medida y como en las películas de Hawks (Dios me libre de compararlo con Kosinski) el espíritu de camaradería y "la chica" cumplen sus roles eficazmente.

Los bomberos (significativa la escasez de mujeres) desde tiempo inmemorial son civiles que se juegan sus cuerpos físicamente muy preparados al servicio de la comunidad ya sea en los bosques o en las ciudades y merecen todo el respeto y elogio por nuestra parte. La historia de la brigada de los Granite Mountain Hotshots de Prescott, Arizona y su sacrificio no desmerece con este homenaje de Kosinski. Aprendemos como viven y trabajan al igual que su oponente el fuego. Uno de los cuatro dioses caprichosos que condicionan nuestra vida, dándonosla o quitándonosla a su antojo y ante los que solo podemos adorarlos con humildad y combatirlos llegado el caso con respeto e inteligencia.

En esta historia solo falta la desgraciada coda final. Los responsables políticos de turno no supieron estar a la altura con las familias de estos héroes y convirtieron el camino para acceder a las indemnizaciones y compensaciones que merecían en otro infierno, mucho más difícil de combatir.  Kosinski no debería haberlo sustraido de la historia.

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