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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
8
Western En la pequeña ciudad de Silver Lode, el sheriff McCart interrumpe bruscamente la boda entre Dan y Rose para detener al novio. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas la cara b de la misma melodía, otra versión ahora en color y dos años después de "Solo ante el peligro" (Fred Zinnemann / 1952). En este caso producida de la asociación del incombustible pionero cinematográfico el director Allan Dwan y el productor Benedict Bogeaus. Una más de esas series B de consumo rápido que cada tanto devienen en obras maestras o muy por encima de sus expectativas iniciales. "Silver Lode" no contaba con el tirón de la vuelta de Cooper y no cosechó premios ni nominaciones, pero se merece un lugar destacado en la historia más allá del género del western.
Cuarenta y cinco años llevaba Allan Dwan (1885-1981) dirigiendo películas. Más de 400 en su curriculum. Sabía de que iba la cosa pero la historia no ha sido generosa con su recuerdo. Esta que nos ocupa es un buen ejemplo de como contar una historia con poco presupuesto y en apenas 81 minutos donde la tensión se mantiene durante todo el metraje con variedad de recursos de oficio y con un equipo técnico y artístico que rezuma profesionalidad. A la cabeza del elenco un John Payne actor y cantante, galán de los años treinta y cuarenta que tuvo sus momentos junto a compañeras y compañeros cuyos nombres alcanzaron más fama que él. Notable Dan Duryea en uno de sus habituales secundarios. La dupla femenina, con mayor protagonismo e importancia decisiva en la trama de lo habitual por esas fechas, lo componen Lizabeth Scott famosa entre otras cosas por ser la inspiradora del papel de Anne Baxter en "Eva al desnudo", remedo de su historia de antagonismo con Tallulah Bankhead y la excelente y desafortunada Dolores Moran en su última y notable intervención en la gran pantalla y cuya carrera prometedora iniciada de la mano de Howard Hawks por unas u otras razones acabó frustrada. Bien arropados por un acertado tropel de secundarios que a la postre reclaman su protagonismos en el fondo de la cuestión que no es otra que la "caza de brujas" ejercida por el senador Mcarthy  (no es casualidad que el malo de la peli lleve el mismo apellido y se haga pasar por un falso agente de la ley) sobre la industria cinematográfica a la búsqueda de "malvados comunistas que socavan con su arte degenerado los cimientos de la nación." La guionista Karen DeWolf irá directamente a la lista negra por atreverse con semejante argumento.
Al igual que en la cinta de Zinnemann un respetado ciudadano, querido por la comunidad ve como esa misma comunidad cambia de parecer con facilidad manipulada cuando las apariencias revestidas de legalidad lo acusan sin mucho fundamento. Como viene a decir uno de los personajes: es más fácil condenarlo para no hacer nada que tener que creer en él y tener así que defenderlo. Ballard tendrá que intentar demostrar su inocencia a contra reloj con la única ayuda de las dos mujeres que han significado algo en su vida. Como en "La diligencia" de Ford es la prostituta quien tiene mayores convicciones éticas y mayor capacidad de sacrificio. Dwan consigue una acertada puesta en escena con las calles del pueblo como escenario destacado y una metáfora final donde la justicia poética hace su aparición.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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