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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Drama El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los años 40 del siglo pasado Buñuel contaba con el bagaje de juventud de sus dos cortos surrealistas y el "documental" sobre las Hurdes. En su momento no era un gran equipaje. Aún no tenía claro lo de dedicarse a dirigir ya en la mitad de su vida y andaba dedicado a producir a escondidas cine comercial y supervisar películas para gentes tan dispares como el gobierno republicano en el exilio o los grandes estudios norteamericanos con fines al mercado hispanoamericano. Siempre con fines de manutención y supervivencia.
Pero el destino, una vez más como ocurrió en sus inicios de juventud le embarcó en un proyecto de encargo que no llegó a cuajar. Se trataba de una adaptación de "La casa de Bernarda Alba" de Lorca en parte rodada en México. Tras el fallido proyecto el productor del asunto Oscar Dacingers, un francés exiliado en México le convenció para que se pusiera al mando de dos proyectos de corte comercial y se quedara en la industria mexicana. El primero fue un fracaso ( "Gran Casino" / 1947) que a punto estuvo de acabar con su carrera. Dacingers lo volvió a intentar con Buñuel ("El gran calavera" / 1949). Este gran éxito comercial tornó el favor de público hacia el director que le permitió presentar a Dacingers un siguiente proyecto más personal sobre un joven vendedor de lotería. De nuevo Dacingers lo reorientó sobre la pobreza infantil mexicana, dando lugar a la cinta que nos ocupa. La sociedad acomodada mexicana no podía aceptar que se expusiera de forma tan cruel y descarnada lo que estaba ocurriendo en su país y apunto estuvieron de condenarle al ostracismo si no fuera por que la cinta fue premiada en Cannes en el 51 y adquirió prestigio internacional colocando ya definitivamente a Buñuel en el panorama cinematográfico mundial.

Sus influencias de "Las Hurdes...." son evidentes. Aquí ya Buñuel juega con la ficción sin trabas y modifica la realidad a su antojo, sin olvidar el surrealismo que incorpora en algunas escenas, integrándolo en la trama. Su mirada no hace concesiones ante la miseria y el abandono familiar y social de estos chavales que reflejan al otro lado del espejo los mismos vicios, ambiciones y virtudes que cualquier ser humano. La muerte y el sexo siempre están presentes así como la explotación laboral aunque sea a ínfimos niveles. La ideología y las obsesiones del director se hacen presentes con un puñado de escenas provocadoras, llenas de erotismo y crueldad. Cine de la crueldad que diría el crítico francés André Bazin, trasunto del Teatro de la Crueldad de Artaud que falleció dos años antes de la propuesta de Buñuel. La galería de personajes es digna de Galdós y su novela "Misericordia" (1.897). Al igual que el canario Buñuel se empapó de primera mano en los ambientes que refleja. No hay lugar para la compasión. Acaso una breve esperanza en cierto sistema educativo y en esa madre que a la postre reconoce su error, pero siempre el destino hecha al traste cualquier posibilidad de redención.
Son muchas las escenas memorables. Por destacar solo una, la silente del pederasta vista desde el interior de la tienda. Toda una declaración de cine.
El estilo neorrealista al que Buñuel aporta su experiencia surrealista, la acertada actuación de los interpretes y la maravillosa fotografía en blanco y negro de Gabriel Figueroa, confluyen en una cinta irrepetible declarada Memoria del Mundo por la UNESCO.
ELZIETE
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