Empecemos por decir ante este clásico de la cinematografía mundial que el título nos remite a una expresión francesa que viene a significar algo así como las mil y una "argucias" que hay que hacer para buscarse la vida en condiciones poco favorables, aunque como se ha escrito, también se puede ver como el conjunto de "golpes" o penalidades que pasa el protagonista en su devenir.

Independientemente de la historia semi-autobiográfica que nos cuenta Truffaut en su ópera prima. La película supuso un hito en el cine francés y mundial amplificado por su éxito en Cannes, al llevar a la práctica las nuevas teorías fílmicas que encabezaba el crítico André Bazin en los míticos "Cahiers du Cinemá" que cofundó,  fallecido poco antes de que Truffaut empezara a rodar y a quien está dedicada la película, dado que el director le consideraba su padre espiritual y fue quien lo sacó de un correccional e incluso de la prisión militar orientando su azarosa vida y encarrilándola en el mundo del cine.

Dichas teorías en contraposición al clasicismo del cine francés vinieron a suponer para el cine en general lo que supuso para la mujer enterrar definitivamente el corsé. Una liberación técnica (gracias a los nuevos avances) y formal donde el director se convierte en autor de su propia obra en la que la cámara sustituye a la pluma y el montaje cobra protagonismo entre otras particularidades que extenderían mucho este comentario. A Truffaut y sus compañeros como Godard o Rohmer, o Chabrol entre otros se los etiquetó como la " nouvelle vague" , una nueva ola que inundó todas las costas del celuloide.

Antoine Doinel, trasunto de Truffaut, es un adolescente rebelde encarnado con naturalidad por Jean-Pierre Léaud, desarraigado familiar y socialmente que no encuentra en el sistema educacional francés de la época basado en la represión al que se critica abiertamente un camino de integración acorde a sus ansias de libertad. Vagabundeará en compañía de un amigo buscando su destino cual pícaro moderno entre cines y calles de un París ancho y abierto que le ofrecerá el aire que necesita antes de ser enjaulado nuevamente. Antoine no se resignará e iniciara una carrera hacia la libertad que tendrá continuación en cuatro film más en una productiva simbiosis entre Truffaut y Léaud.

Estupenda historia plagada de escenas para el recuerdo pero que reconozco no me ha emocionado tanto como esperaba.

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