Ahora que retornan (¿se fueron algún día?) los helados vientos de la involución de forma global, hay que recordar  que los derechos y libertades, parafraseando a Churchill costaron y siguen costando sudor, lágrimas y desgraciadamente sangre. Así es que bienvenido este biopic por muy convencional y previsible que sea en el que de manera académica y formal nos acerca a la figura de la jueza del Tribunal Supremo de USA, Ruth Bader.

No deja de sorprender aunque uno tenga ya una edad, que muchos de esos derechos se consiguieron en países, modernos y democráticos "ayer por la tarde" como quien dice y que sus consecuencias disten aún mucho de ser efectivas al cien por cien.

La directora Mimi Leder no se complica, va al grano, rozando el telefilm de sobremesa porque sabe que el fondo de la historia se sostiene por sí solo aplanando unos personajes que los actores se esfuerzan por mantener a flote. La cosa es instructiva y correcta sin más. Lo mejor es que invita a ver el documental "RBG" (Julie Cohen / Betsu West / 2018) que promete más y mejor sobre la personalidad de esta jueza pionera en la lucha contra la discriminación por género.

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