Nueva versión de la que dirigió en el 52 Henry Koster con Richard Burton y Olivia de Havilland en los roles principales y que cosechó cuatro nominaciones a los Oscars, uno para Burton que además se llevó un Globo de Oro. La Havilland experta en este tipo de papeles tuvo que contentarse con la nominación al Globo de Oro. Basada en la novela que publicó un año antes la escritora londinense Daphne du Maurier (1901-89) que nunca estuvo de acuerdo con la elección de Olivia para ese personaje y cuyas obras "Rebeca", "La posada de Jamaica" y "Los pájaros fueron llevadas a la pantalla por Hitchcock.

El misterio y la irresolución de las tramas fueron señas de identidad en las obras de du Maurier, siendo buen ejemplo la que nos ocupa, teñida de un ligero barniz de lo que podríamos considerar incipiente feminismo. La acción transcurre en las costas de Cornualles donde vivió y ambientó muchas de sus novelas la autora aunque el director prefirió rodar en Devon.
Esta versión de Michell esta rodada con elegancia y una buena dirección artística, sacando buen rendimiento de los bellos y luminosos paisajes del entorno con el contraste las permanentes sombras del interior de la mansión. La trama se sigue con interés siempre previsible y siempre desconcertante. Tanto Rachel Weisz como San Claflin funcionan en sus roles bien secundados por el elenco, siendo la primera quien impone su carisma. Por el contrario Michell no acaba de "mojarse a fondo" con la historia que queda algo blandita y un poco light para las pasiones que desata con un desarrollo, sobre todo del personaje de Claflin que no acaba de estar bien dibujado. La autora acaba por imponerse al director y nos deja el suficiente poso como para dar por bueno el precio de la entrada.

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