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Voto de alfieri diaz:
10
Romance. Drama París, 1820. Dos jóvenes artistas, Baptiste Debureau y Frédéric Lemâitre, debutan en el teatro de los Funámbulos y entablan amistad. Un día, Garance, una misteriosa y atractiva mujer, irrumpe en sus vidas. Mientras que el tímido Baptiste no se atreve a declararle su amor, Frédéric la convierte en su amante. Sin embargo, al estar implicada en una serie de crímenes, la mujer desaparece. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2005
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi modesto parecer, la película francesa más hermosa de la historia y una de las historias de amor más intensas llevadas a la pantalla. Filmada en Vichy, sorprende que la producción gozara de los medios técnicos, vestuario, extras y presupuesto en una Francia ocupada por los alemanes. El filme está dividido en dos actos (dos películas diferentes de hora y media cada una). El primero llamado «La plaza de los ladrones», el segundo «El hombre de blanco», pero me deja la impresión de que al menos en guión (notable Jacques Prévert) debe haber un tercer acto que podría unir a los amantes imposibles (a lo que la película llegaría a cuatro horas y media). Aunque dicen que se ahn extraviado diez o veinte minutos de película por lo que se puede suponer que tuviera otro desenlace, aunque valga reconocer que el que tiene encaja a la perfección. La puesta en escena es tan mágica, que hace de Arletty (Garance), una actriz no muy agraciada, se le vea más bella de lo que es, fruto del deseo de diferentes hombres a los que ella misma se entrega ya sea por necesidad o por paliar su soledad, pero nadie la desprecia por eso, más bien la aman. Barrault (Baptiste), gracias a la ternura de su mímica, logra cautivar el corazón de ella, pero cuando se desnuda para ser suya, él huye temeroso y pierde la oportunidad de amar a la mujer que amará por toda la vida, incluso estando casado y con hijo. Esa oportunidad única y trunca marcará la infelicidad de ambos por siempre... aunque queda abierta la posiblidad de un encuentro en la pensión en la que alguna vez vivieron. Las Escenas: la de Pierre Brasseur revelándose del final de la obra e improvisando otro final a su manera. La del mimo Barrault caminando sin caminar mientras el escenario se mueve. La del hijo de Baptiste, irrumpiendo en el palco de Arletty y pidiéndole que no destruya su familia pero reconociendo que es una mujer muy bonita.
alfieri diaz
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