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Voto de Strénliko:
7
Drama Luisa y Miguel son una pareja de Madrid, novios prácticamente desde que eran niños. Ya en su juventud, en plena Segunda República, ambos adquieren una conciencia política muy diferente: él se afilia a un partido de izquierdas, y ella a la Falange Española. Desde ese momento, sus vidas irán por caminos distintos. El director falangista Carlos Arévalo realizó con esta película seguramente la única de concepción claramente falangista hecha ... [+]
7 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los aspectos que se destaca más en las críticas aquí publicadas es su repentina desaparición en la cartelera tras dos semanas después de su estreno, a pesar de que los espectadores nunca dejaron de ir al cine Capitol de Madrid durante los catorce días. Eso me hace pensar en el rapapolvo que muy probablemente se llevaron los censores por parte de las autoridades franquistas al haber autorizado el guión y el rodaje de la película. Imagino que los que decidieron el cese de la exhibición estaban pensando en lo intolerable de los aguijonazos hacia la derecha plutocrática de poco antes del inicio de la guerra civil, únicamente interesada en amasar más dinero ("mi dinerito, mi dinerito") y ese comienzo de la narración, cuando el desfile militar de los soldados obligados a ir al matadero de la guerra del Rif (Annual y todas esas desgracias), plasmado muy bien en esas octavillas de la CNT que no faltaban ni un ápice a la verdad.

Por lo demás, ¿por qué se iba a decretar el cese de la película en 1942? Aparte de esos detalles citados en mi introducción, ninguna jerarquía franquista debía encontrar pega alguna. Hay milicianos rojos -anarquistas de la CNT o de la FAI- muy mal encarados; hay una violación, la de la protagonista; hay checas e interrogatorios con torturas (no se ven pero el director , habilmente, las hace explícitas); hay miedo en las casas de los no afectos al régimen con tan solo oírse el motor de un coche circulando por la calle; hay saqueos de esas viviendas; hay también un justificado miedo cuando por las noches se perciben en las celdas de la checa los pasos de los milicianos con la lista de los que se van a llevar para asesinarlos en la Pradera de San Isidro o en la Casa de Campo, antesalas de la masacre de Paracuellos del Jarama. Y todo eso ocurrió en el bando de una républica que había hecho dejación de la legalidad y las normas jurídicas (igual que sucedía en el otro bando).

En fin, que todo lo dicho en el párrafo anterior estaba reflejado en la película y tenía que ser del agrado franquista que se exhibiera ante el público. Solamente se puede explicar que se prohibiera "Rojo y negro" por el paroxismo maniqueo de la dictadura franquista en el que no cabían las responsabilidades en el desencadenamiento de la guerra (esa copa de agua que se llena hasta rebosar) por parte de la derecha plutocrática y su desprecio hacia los padecimientos sociales. Y tampoco le cuadraba el personaje interpretado muy bien por Ismael Merlo, un rojo bueno.

Es una curiosa película porque, a pesar de contener un metraje mayor dedicado a los crímenes cometidos por los denominados rojos, éso no bastó al totalitarismo de la dictadura en 1942. Lo quería todo, como en "Raza".

Tal vez me exceda un poco, pero voy a darle un 7 a "Rojo y negro".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Strénliko
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