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Voto de Strénliko:
7
Thriller. Drama Un ex militar viudo (Michael Caine) vive solo y aislado en medio de un barrio estigmatizado por las drogas y el crimen. Cuando su mejor amigo es asesinado, decide tomarse la justicia por su mano. Pero en el caso está también involucrada una joven policía (Emily Mortimer). (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos se han resistido a citar la analogía de este "Harry Brown" con "El justiciero de la ciudad" y la penosa saga -cada película peor que la anterior- que le tocó a Charles Bronson protagonizar por culpa de su contrato con los hermanos Golan, esos productores judíos incapaces de elaborar algo superior a la basura. Tampoco han faltado los aficionados a comparar actores involucrados en argumentos con alguna similitud, por ejemplo Caine y Eastwood, éste último empeñado en la ingenua y gastada historia del luchador de "Gran Torino" contra pandillas de macarras asiáticos, a los que ninguna Policía se encarga de detener ni ningún juez de castigar con unos añitos en la trena para después ser deportados a la tierra de la que nunca debieron salir. (¡Demonios, si también esto ocurre aquí todos los días con la gentuza que no es la nuestra!: que siguen aquí a pesar de los delitos cometidos, sin que nadie los ponga en un avión con un billete sólo de ida).
Bueno, pues a pesar de que a "Harry Brown" se le han adelantado no sé cuantos justicieros y vengadores y que llega con 35 años de retraso a este tema, a mí me ha gustado y por eso le he puesto un 7. Porque es austera, sin las indigeribles payasadas ni las poses ridículas que adoptaban los malos tras la primera entrega de Charles Bronson. Porque tiene el color apropiado para reflejar un rincón deprimente de Londres. Porque la escena en la que va a comprar las armas ya hace méritos para una buena puntuación.
No deja de llamarme la atención:
--El inevitable empedernido en estas críticas que llama fascista a todo buen hombre, como Harry Brown, que nos hace el inmenso favor de limpiar la escoria humana que se resguarda tras una barricada de garantismo legalistas y que convierte a la Policía en un instrumento de eficacia nula mientras que esos malos vuelven a actuar impunemente. Sin ir más lejos, en la barriada de Sevilla conocida como "Las 3000 viviendas", hay jubilados honrados como Harry y su amigo rodeados del peor grupo delincuencial asentado en España. Ése o ésos inevitables empedernidos que a la tarea del limpiador de escoria adjetiva de fascista, olvida sin embargo que en las comisarías de la extinta URSS no usaban más que una bala cuando les llegaba detenida una escoria similar. Entonces, ¿los limpiadores que son: fascistas o comunistas?
--El absurdo uso de la corrección política del film. Cualquiera que conozca lo suficiente el Reino Unido sabe que, en un un barrio así, los macarras chorizos de la película no serían de raza blanca. Serían los mismos que hace dos o tres años pusieron en jaque a la Policía británica lanzando cóteles molotov por la noche, quemando coches y asaltando hasta el más modesto establecimiento del barrio. Y no eran blancos, repito. Como en las 3000 de Sevilla tampoco son españoles auténticos.
-La sequía mental de los productores o los distribuidores anglosajones, a uno y otro lado del Atlántico, a la hora de poner título a una película. Da grima esa pereza tan lejana de la creatividad cuando a un film como éste se le pone Harry Brown , y santas pascuas. Es increíble este alarde obtuso de la falta de imaginación.
Pues nada, que no me arrepiento de haberme quedado hasta las tantas de la madrugada para ver que el bueno de Caine o Brown aún tiene el dedo ágil para apretar el disparador de una Glock, una Steyr o un Smith Wenson del 38 especial ("es como un ladrillo entrando por una ventana").
Strénliko
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