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Voto de Jormungander:
4
5,9
10.556
Drama
Una noche del verano de 1839, cincuenta y tres esclavos negros que viajaban a bordo del navio "La Amistad" se amotinaron y tomaron el control del barco frente a las costas de Cuba. Fracasado su intento de regresar a África, fueron detenidos por tropas americanas y se encontraron en un país extraño y a merced de un sistema judicial que les era ajeno. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2012
74 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy uno de esos tocacojones que cuando ve una película sobre un hecho histórico se pasa todo el metraje diciendo "No, eso no era así", "Eso no sucedió de esa manera", "Los de ese ejercito iban de color azul, no de color verde" y toda esa mierda, no, no, no.
Por ejemplo, una licencia que se toma esta película y que no tengo ningún problema en aceptar (y me parece hasta simpática) es la de mostrar a una pre-adolescente reina Isabel II en cuyas manos se ha dejado el control de los conflictos internacionales españoles. La realidad era distinta, pues fue María Cristina de Borbón quien ostentó la regencia del trono desde la muerte de Fernando VII hasta 1840 y, posteriormente, sería el general Espartero quien ocuparía el puesto hasta 1843. Así que dudo mucho que la niñita de 12 años tuviera algo que decir al respecto. Otra licencia que se toma la película (que tampoco molesta) es la de Martin Van Buren como presidente de Estados Unidos durante todo el desarrollo de la trama, cuando parece ser que sólo lo fue hasta 1841. Tampoco hay problema con eso, Spielberg no quería que la compleja realidad histórica de las regencias en las monarquías o los cambios de legislatura en las democracias hiciesen su historia más complicada, esa es la clase de licencia que acepto sin problemas.
Nada de eso molesta, el problema realmente es otro. El problema aquí está en la "Fórmula Spielbergiana" que tan bien funciona en algunas películas y tan mal funciona en otras. Spielberg necesita que sus películas las protagonicen héroes muy muy buenos y villanos muy muy malos. Así de infantil es el tío, en verdad os lo digo.
Ya me imagino al señor Esteban sufriendo y pasándolo mal cada vez que la compleja realidad le molestaba en su película. Cosas como que en realidad Joseph Cinqué terminase siendo un comerciante de esclavos tenían que ser omitidas a toda costa, dado que él era uno de los buenos. Veo a Spielberg tapándose los oídos y gritando "Lalalalala, no oigo nada! Lalalalala Cinqué era bueno!". Claro Spielberg, tú di que sí. ¿Cómo iba a ser ese Cinqué una persona normal y por lo tanto tan corruptible y egoísta como cualquier otra? Él tenía que ser bueno y tenía que pertenecer a una tribu de hombres buenos que nunca hacían nada malo y que seguramente se regía por normas mucho más justas, igualitarias y avanzadas que cualquier sociedad de hombres blancos horribles y malvados.
Tampoco parece muy verosimil que un ex-presidente de Estados Unidos como John Quincy Adams insinuase tantas veces la idea de "igualdad de derechos" en sus discursos, cuando es algo en lo que ni siquiera Abraham Lincoln creía. Adams era abolicionista, sí, igual que Lincoln. Pero de querer abolir la esclavitud a creer en la igualdad entre blancos y negros había muchísimo camino todavía. Hubo varios abolicionistas que querían acabar con la esclavitud pero ni en broma un estado en el que los derechos de blancos y negros fuesen equiparados. Pero en fin, asumamos que ese ex-presidente de mediados del siglo XIX ya tenía una ideología que no se impondría en su país hasta los tiempos de Kennedy, unos 120 años más tarde.
PERO lo que más chirría en esta película no son esos detalles tampoco. Sino que parece que Spielberg quería que toda esa controversia de los amotinados del Amistad girase sobre temas tan profundos como "¿Es justa la esclavitud?", "¿Acaso no somos todos iguales?", "¿Acaso no somos libres por naturaleza?". Pero esa no fue la realidad. Por mucho que en su discurso final Hopkins (interpretando a John Quincy Adams) le de vueltas y más vueltas a esos temas NO ERA ESO LO QUE SE ESTABA DISCUTIENDO en el juicio. ¿Nadie ha caido en ese detallito?
El asunto en aquel procedimiento versaba sobre si aquellos esclavos en concreto habían nacido libres en Africa o si, por el contrario, habían nacido siendo hijos de esclavos (y si se demostrase que eran hijos de esclavos no había problema en que también ellos fuesen esclavos). Así que NO. Ese no fue un juicio tan bonito como le habría gustado a Spielberg. Al final del juicio nos cuelan un monólogo en contra de la esclavitud y a favor de la igualdad entre los hombres. Es un hermoso discurso, pero ese no era un proceso en el que se estuviera debatiendo sobre si los Estados Unidos deberían seguir permitiendo la esclavitud o si ésta debería abolirse. De hecho es bien sabido que la esclavitud seguiría existiendo durante algunas décadas ¿Entonces por qué hacen que el ex-presidente dé un discurso sobre una cosa cuando teóricamente la que se está intentando demostrar es otra totalmente distinta?
Por ejemplo, una licencia que se toma esta película y que no tengo ningún problema en aceptar (y me parece hasta simpática) es la de mostrar a una pre-adolescente reina Isabel II en cuyas manos se ha dejado el control de los conflictos internacionales españoles. La realidad era distinta, pues fue María Cristina de Borbón quien ostentó la regencia del trono desde la muerte de Fernando VII hasta 1840 y, posteriormente, sería el general Espartero quien ocuparía el puesto hasta 1843. Así que dudo mucho que la niñita de 12 años tuviera algo que decir al respecto. Otra licencia que se toma la película (que tampoco molesta) es la de Martin Van Buren como presidente de Estados Unidos durante todo el desarrollo de la trama, cuando parece ser que sólo lo fue hasta 1841. Tampoco hay problema con eso, Spielberg no quería que la compleja realidad histórica de las regencias en las monarquías o los cambios de legislatura en las democracias hiciesen su historia más complicada, esa es la clase de licencia que acepto sin problemas.
Nada de eso molesta, el problema realmente es otro. El problema aquí está en la "Fórmula Spielbergiana" que tan bien funciona en algunas películas y tan mal funciona en otras. Spielberg necesita que sus películas las protagonicen héroes muy muy buenos y villanos muy muy malos. Así de infantil es el tío, en verdad os lo digo.
Ya me imagino al señor Esteban sufriendo y pasándolo mal cada vez que la compleja realidad le molestaba en su película. Cosas como que en realidad Joseph Cinqué terminase siendo un comerciante de esclavos tenían que ser omitidas a toda costa, dado que él era uno de los buenos. Veo a Spielberg tapándose los oídos y gritando "Lalalalala, no oigo nada! Lalalalala Cinqué era bueno!". Claro Spielberg, tú di que sí. ¿Cómo iba a ser ese Cinqué una persona normal y por lo tanto tan corruptible y egoísta como cualquier otra? Él tenía que ser bueno y tenía que pertenecer a una tribu de hombres buenos que nunca hacían nada malo y que seguramente se regía por normas mucho más justas, igualitarias y avanzadas que cualquier sociedad de hombres blancos horribles y malvados.
Tampoco parece muy verosimil que un ex-presidente de Estados Unidos como John Quincy Adams insinuase tantas veces la idea de "igualdad de derechos" en sus discursos, cuando es algo en lo que ni siquiera Abraham Lincoln creía. Adams era abolicionista, sí, igual que Lincoln. Pero de querer abolir la esclavitud a creer en la igualdad entre blancos y negros había muchísimo camino todavía. Hubo varios abolicionistas que querían acabar con la esclavitud pero ni en broma un estado en el que los derechos de blancos y negros fuesen equiparados. Pero en fin, asumamos que ese ex-presidente de mediados del siglo XIX ya tenía una ideología que no se impondría en su país hasta los tiempos de Kennedy, unos 120 años más tarde.
PERO lo que más chirría en esta película no son esos detalles tampoco. Sino que parece que Spielberg quería que toda esa controversia de los amotinados del Amistad girase sobre temas tan profundos como "¿Es justa la esclavitud?", "¿Acaso no somos todos iguales?", "¿Acaso no somos libres por naturaleza?". Pero esa no fue la realidad. Por mucho que en su discurso final Hopkins (interpretando a John Quincy Adams) le de vueltas y más vueltas a esos temas NO ERA ESO LO QUE SE ESTABA DISCUTIENDO en el juicio. ¿Nadie ha caido en ese detallito?
El asunto en aquel procedimiento versaba sobre si aquellos esclavos en concreto habían nacido libres en Africa o si, por el contrario, habían nacido siendo hijos de esclavos (y si se demostrase que eran hijos de esclavos no había problema en que también ellos fuesen esclavos). Así que NO. Ese no fue un juicio tan bonito como le habría gustado a Spielberg. Al final del juicio nos cuelan un monólogo en contra de la esclavitud y a favor de la igualdad entre los hombres. Es un hermoso discurso, pero ese no era un proceso en el que se estuviera debatiendo sobre si los Estados Unidos deberían seguir permitiendo la esclavitud o si ésta debería abolirse. De hecho es bien sabido que la esclavitud seguiría existiendo durante algunas décadas ¿Entonces por qué hacen que el ex-presidente dé un discurso sobre una cosa cuando teóricamente la que se está intentando demostrar es otra totalmente distinta?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Incluso he leído comentarios de fans de la película que dicen que en esa escena del monólogo el personaje de Hopkins consigue demostrar que ningún hombre debería pertenecer a otro. El personaje REAL al que interpreta Anthony ni demostró eso ni tenía que demostrar eso en un juicio en el que se daba por hecho que las personas podían legalmente TENER ESCLAVOS y sólo se discutía si unas personas muy concretas ERAN O NO ESCLAVOS. Si se hubiera demostrado que esos hombres habían nacido de esclavos no habría servido de nada su emotiva alusión a la Declaración de Independencia, ni su brillante repaso de la historia universal de la esclavitud, ni su golpe de efecto rompiendo dramáticamente las hojas de papel, ni su paseillo observando con admiración los bustos de todos los presidentes anteriores hasta quedarse mirando fijamente al de su padre.
Y no digo que la película no debería hablar sobre esos temas profundos y generales, digo que el juicio que se representa en la película no debería hablar sobre esos temas porque no es eso lo que se estaba juzgando. Esto sería el equivalente a que en España haya un juicio penal en un caso de aborto y la defensa empiece a filosofar sobre el derecho que tiene toda mujer sobre su cuerpo y lo injusto que es castigar el aborto. Sería un bonito discurso también, pero en el juicio únicamente se estaría discutiendo si esa mujer cometió o no cometió el delito del que se la acusa, no se estaría decidiendo si había que cambiar la legislación respecto a ese tema de modo que disertar sobre eso sería totalmente improcedente y seguro que el magistrado se apresuraría a llamar la atención del letrado sobre ello.
Por eso me parece tan absurdo el momento que algunos considerarán "el climax" de este film. Habría sido gracioso que el juez pusiera en evidencia este sinsentido al dictar sentencia, diciendo algo así como:
"La defensa ha convencido a este tribunal de que todos los hombres somos iguales y que la esclavitud es injusta, así que desde ahora vamos a considerar hombres libres a todos los esclavos que se presenten ante esta sala y consideraremos a los negros iguales a los blancos en cuanto a derech.... Ehmmm... Perdona ¿Qué dices? ¿Que no podemos? ¿Cómo que no? Ah... que la ley sigue permitiendo la esclavitud en este país... Y que la seguirá permitiendo durante muchos años... vale vale... Entonces simplemente consideramos libres a ESTOS esclavos de aquí, porque han nacido en Africa, el resto de cosas que he dicho mejor que las olvideis."
La parte más estúpida de la película es claramente esa en la que Cinqué se pone a repetir una y otra vez "LIBRES A NOSOTROS! LIBRES A NOSOTROS!" mientras la música aumenta más y más de volumen. Los coros celestiales invaden la escena mientras la luz divina ilumina la cara de nuestro héroe que ha conseguido resumir todo ese procedimiento judicial en tres palabras o alguna mierda así.
También es gracioso el momento en el que el abogado de la acusación, con el fin de argumentar algo, pone en evidencia que en la tribu africana de Cinqué también se practica la esclavitud. Lo gracioso es que en lugar de aceptar ese hecho (pues bien podrían decir "Sí, en mi estúpida tribu tenemos esclavos igual que en vuestro estúpido país ¿Y qué importa eso?") el traductor y la defensa intentan negar ese hecho diciendo algo como "No, no, lo de su tribu no se puede llamar esclavitud, lo suyo es otra cosa porque ellos son buenos, no malos" y finalmente esa cuestión no se resuelve.
En fin, a Esteban no deberían permitirle hacer esta clase de películas. A mi la que más me gusta es esa de los dinosaurios o esa otra de los tres calvos que predicen el futuro.
Y no digo que la película no debería hablar sobre esos temas profundos y generales, digo que el juicio que se representa en la película no debería hablar sobre esos temas porque no es eso lo que se estaba juzgando. Esto sería el equivalente a que en España haya un juicio penal en un caso de aborto y la defensa empiece a filosofar sobre el derecho que tiene toda mujer sobre su cuerpo y lo injusto que es castigar el aborto. Sería un bonito discurso también, pero en el juicio únicamente se estaría discutiendo si esa mujer cometió o no cometió el delito del que se la acusa, no se estaría decidiendo si había que cambiar la legislación respecto a ese tema de modo que disertar sobre eso sería totalmente improcedente y seguro que el magistrado se apresuraría a llamar la atención del letrado sobre ello.
Por eso me parece tan absurdo el momento que algunos considerarán "el climax" de este film. Habría sido gracioso que el juez pusiera en evidencia este sinsentido al dictar sentencia, diciendo algo así como:
"La defensa ha convencido a este tribunal de que todos los hombres somos iguales y que la esclavitud es injusta, así que desde ahora vamos a considerar hombres libres a todos los esclavos que se presenten ante esta sala y consideraremos a los negros iguales a los blancos en cuanto a derech.... Ehmmm... Perdona ¿Qué dices? ¿Que no podemos? ¿Cómo que no? Ah... que la ley sigue permitiendo la esclavitud en este país... Y que la seguirá permitiendo durante muchos años... vale vale... Entonces simplemente consideramos libres a ESTOS esclavos de aquí, porque han nacido en Africa, el resto de cosas que he dicho mejor que las olvideis."
La parte más estúpida de la película es claramente esa en la que Cinqué se pone a repetir una y otra vez "LIBRES A NOSOTROS! LIBRES A NOSOTROS!" mientras la música aumenta más y más de volumen. Los coros celestiales invaden la escena mientras la luz divina ilumina la cara de nuestro héroe que ha conseguido resumir todo ese procedimiento judicial en tres palabras o alguna mierda así.
También es gracioso el momento en el que el abogado de la acusación, con el fin de argumentar algo, pone en evidencia que en la tribu africana de Cinqué también se practica la esclavitud. Lo gracioso es que en lugar de aceptar ese hecho (pues bien podrían decir "Sí, en mi estúpida tribu tenemos esclavos igual que en vuestro estúpido país ¿Y qué importa eso?") el traductor y la defensa intentan negar ese hecho diciendo algo como "No, no, lo de su tribu no se puede llamar esclavitud, lo suyo es otra cosa porque ellos son buenos, no malos" y finalmente esa cuestión no se resuelve.
En fin, a Esteban no deberían permitirle hacer esta clase de películas. A mi la que más me gusta es esa de los dinosaurios o esa otra de los tres calvos que predicen el futuro.