Lo más parecido a ese superhéroe de bandera española que vas a ver en una superproducción es a Iron Man, que con su vestimenta rojigualda y metalizada ya viene a simbolizar todo el mundo ibérico y el papel que tiene España (mi pueblo concretamente) en el mundo como pionera en todos los campos de la alta tecnología. El personaje de Tony Stark está bien hecho y es un buen contrapunto al del Capitán América. Mientras el Capitán conserva intacto ese idealismo casi infantil y esa fé patriótica que puede tener algo de sentido si fuiste congelado en la Segunda Guerra Mundial y no te han sacado de la nevera hasta hace poco, por otra parte Stark está "al día" y no sólo en cuanto a cacharros robotizados, sino ante toda la corrupción capitalista que le rodea como empresario exitoso, por lo que ha desarrollado una actitud bastante menos inocente y más sarcástica y despreocupada.

Lo que más dolores de cabeza habrá traído a los creadores de este film es el personaje de Hulk, que tan habituados estamos a ver como una bestia incontrolada que va a su puta bola, por lo que no encaja verlo en un equipo (aunque en un principio parece que sólo quieren a Bruce Banner por sus conocimientos en el campo de la radiación gamma). El problema es que aquí han querido presentar a un Hulk simpático que caiga bien al público, pero sin que deje se ser la apisonadora imparable de siempre. Por eso hay escenas bastante forzadas, como esa en la que el piloto de un Harrier que sólo hace su trabajo de intentar parar a Hulk tiene que usar el asiento eyectable y el paracaídas mientras la masa hace añicos su avión. ¡Claro! Habría quedado muy mal que Hulk lo matase, ya no habría sido un simpático fortachón que encaja entre un grupo de héroes buenos, sino un horrible monstruo que mata indiscriminadamente. No obstante, lo han resuelto de la forma más elegante que han podido.

Uno de los personajes más graciosos de la peli es ese que en pleno siglo XX apuesta por el uso del arco y las flechas. Estamos hablando de un arma que ya empezó a pasar de moda en plena Edad Media con el perfeccionamiento de la ballesta y con el uso de cañones en la Guerra de los Cien años. Ya después con el arcabuz y el mosquete ni te digo. Pues a este le da por el tiro con arco y entonces se dan un montón de escenas que en el mundo real serían ridículas pero en el contexto superheroico en el que nos encontramos son comprensibles, como por ejemplo esa en la que este tío (por cierto, hablo de Hawk Eye) se encuentra en plena batalla campal en Nueva York y se sube a un balcón a tirar flechas para colaborar.

Y por último, no hay que olvidar la más esperada aparición femenina de la película. Scarlett Johanson como espía rusa (que por su apellido es de la familia de la última dinastía de los zares, por cierto) un papel que no parece desubicado en este contexto de divinidades nórdicas, mutaciones radiactivas, supertecnología y alienígenas.

También sale la Robin de "Como conocí a vuestra madre" ¿Qué más quieres?