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España España · Cáceres
Voto de ÁAD:
9
Drama América, años treinta. Chuck Glover (Montgomery Clift) es un funcionario del Gobierno del Valle del Tennessee, encargado de expropiar las tierras ribereñas, cuyos habitantes sufren con frecuencia los devastadores desbordamientos del río. El objetivo es, además de evitar catástrofes, construir una presa hidroeléctrica que garantice el progreso de la región. Pero ese proyecto exige la demolición de las viviendas de una pequeña población y ... [+]
5 de diciembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Kazan son intensas, persuasivas, algo solemnes y siempre con un trasfondo de amargura y resentimiento. En este caso además de la temática propia está el contexto de odio racial que subyace en toda la cinta. Estamos en Tennessee en 1933, los problemas racionales se suman a los que generan la modernidad, el cambio de era, de edad, de tiempo. Un mundo cambiante que se lleva consigo además una forma de vida, una forma de vivir, de ser americano. Una forma tan buena como cualquier otra, y los americanos respetan mucho cómo vive la gente, cómo cada americano es capaz de representar él sólo a toda la sociedad. Cada americano en su casa es un rey, y, como tal, debe ser honrado y respetado. Protegido y respaldado por el Gobierno y por tribunales.
Hay otros debates no expresamente mostrados. La esclavitud latente en el uso de mano de obra negra, las relaciones sexuales en una América todavía mojigata y pazguata, la gran depresión y sus terribles consecuencias -no es Las uvas de la ira, pero tiene un aire- y la intervención gubernamental en la vida de los ciudadanos, con sus normas, reglas y, por supuesto, con sus impuestos.
Aquí lo que se debate es si el ciudadano puede vivir como Americano al margen de la sociedad, sin pedirle nada pero sin darle nada. Como un ser libra, como un salvaje.
Una de las 17 películas de Montgomery Clift, y es la última suya que me quedaba por ver. Una guapa aunque algo apocada Lee Remick acompañan a la verdadera alma de la cinta, una Jo Van Fleet maravillosa en su papel. Salvaje, fuerte, de convicciones brutales y muy determinada en sus creencias. Actriz de pocas películas me ha parecido una brillante personalidad, intensa y sombría, de la que he visto más de las que creía.
La escenografía está muy cuidada, un guión inteligente y una forma de caminar en el desarrollo de la historia más que oportuno. Hay algo en la toma de decisiones que necesariamente asunta. A no todos por igual. Unos se justifican en unos motivos, otros en otros, naturalmente. Todos distintos, pero el miedo es similar.
Me ha gustado mucho. En realidad no hay película de Kazan que no me guste. No hay, en realidad, película de Kazan que no me parezca cercana a una obra maestra. Algunas lo son, otras se le acercan. Un director estupendo.
ÁAD
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