Con determinados trailers parece que no hace falta ver las películas, y fue exactamente lo que pensé cuando vi el de “300 El origen de un Imperio”. Si “300“ exprime toda la naranja que es el cómic de Frank Miller, esta película bebe el juguillo que queda como poso al fondo del exprimidor. Vamos, que no aporta nada, habría sido mucho mejor haberla convertido en la versión extendida de “300” y todos los fans se habrían quedado muy contentos. Porque no nos engañemos, la primera se basaba en el cómic, pero ésta ha sido explotar el filón del fanservice hasta la saciedad. Si por lo menos hubiera mejorado los efectos especiales de la primera, habríamos asistido a algo interesante.

Pero empecemos por el principio. La historia ocurre de forma paralela a la primera película. Es decir, las dos están metidas en el contexto de la Segunda Guerra Médica (para los de la LOGSE, el segundo intento persa de invadir Grecia) pero mientras en “300” se desarrolla la Batalla de las Termópilas, en ésta, Temístocles, griego de Atenas, intenta conseguir el apoyo de toda Grecia para combatir a los persas, en la llamada Batalla de Artemisio. Ante el fracaso de una Grecia unida (en parte por el rechazo espartano a una alianza) se hace a la mar para combatir a la comandante Artemisia (en realidad, era una más de los comandantes de Jerjes y llegó de rebote porque su marido era gobernante de Halicarnaso). Mientras él combate en el mar, Leonidas lo hace en tierra. La película lleva a confusión por lo mal hecho que están narrados los flashbacks.

Está claro que no tenían mucho argumento para mostrar, así que han cogido el de la película anterior, y lo han adaptado. Eso sí, con muchas peleas, no vaya a ser que se note. El hecho de que el desarrollo de “300 El origen de un imperio” sea el mismo que en la anterior es un delito sangrante. Esto no es un capítulo de House, tienes que aportar algo diferente en cada película, y no, no me estoy refiriendo a la avalancha gratuita de escenas de acción, pero yo me imagino que han rezado a los dioses del Olimpo para que la gran fotografía, el atractivo visual, y algún pezón suelto nos hiciera olvidar que la película está hueca.

Por supuesto, no tengo nada que objetar a esos cuerpos rellenos de sangre para aumentar el dramatismo puesto que es el sello de la película; tampoco lo tengo con las batallas navales; son mucho más difíciles de rodar, y eso da un valor añadido. Sin embargo, se han pasado tres pueblos con algunos detalles. Por no hacer spoiler, sólo mencionar los buques de guerra de hierro (¿en serio? s.V a.C y me intentáis hacer creer eso?) o ese surrealista caballo anfibio que no teme ni al fuego ni a las tormentas…no sé, ponme dos. Lo cierto es que tuve como un dejavú mientras veía esa escena; me recordó a Assassins Creed Black Flag. De repente yo me encontraba jugando a un videojuego (gameplay) y tenía que llegar de un barco a otro montado en un caballo mágico. Brutal.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es