Sí, soy mexicano, y como buen mexicano en la espera de ver una interpretación extranjera de una costumbre y un culto tan delicado como lo es a la muerte, esperaba fallos y chistes coloquiales y rebuscados.
Oh, sorpresa, Pixar "hizo la tarea" como una bien intencionada Hermione Granger para un profesor, que si bien no era un "severo" e irónico Snape, si lo fue para un profesor al que se le resguarda especial cariño... México.
Algunos aseguran es un ardid político, otros dirán que es "una más" de Pixar donde se mezclan emociones de manera intencional para "seducir" al espectador. Sin embargo, como mexicano, y como un espectador respetable, he de confesar que esta cinta me ha obligado a escribir estas líneas para recomendar su revisión, su disfrute y hasta el aprendizaje de una de las culturas más grandes del mundo que rinde cada año un magno tributo a la muerte.
spoiler:
Quizá el forzado antagonismo que se apreció podría depreciar la calificación. Pero se olvida rápidamente con esa mágica empatía que se asimila a cada minuto a través de personajes como la misma Coco, su padre, la nieta y el bisnieto.