Yo sé que quien viera esta peli en su tierna infancia/adolescencia (juventud no, no fatidies) se tiraría seis meses diciendo el "Solo puede quedar uno" y cortando imaginariamente la cabeza de su hermanito noche tras noche con su espada medieval de plástico del Toys'r'Us.

Pero, ¿estamos ante una película para niños? No, ¿verdad? Yo creo que esta cinta se toma a sí misma lo suficientemente en serio como para poder decir sin nungún remordimiento que es una absoluta y total lo que rima con "pierda".

No es solo que la estética ochentera parezca una broma a día de hoy (Si bien Blade Runner se mantiene como puede y el cartón-piedra puede tener aún cierto encanto), es que es tan ridícula que uno piensa que el director no sabía cómo suicidarse y se le ocurrió dirigir esto. Acabemos rápido:

Cristopher Lambert, horrendo.
Clancy Brown, horrendísimo.
Sean Connery, bueno pero aquí horrendo.
Rubias todas, horrendas.
El bueno es muy bueno.
El malo es muy malo y por supuesto lo más feo y repugnante que se pueda.
Las chicas muy chillonas, indefensas y tontas como buenas rubias.
Peleas coreografiadas por José Montilla.
No hubo pasta para enseñar a los actores a usar las espadas porque se gastó toda en hacer que las cosas explotaran aleatoriamente a lo largo del metraje.
"Bla, bla, bla... y soy inmortal" "¿Ah, sí? Supongo que entonces no me queda más remedio que comerte la boca y hacerte el amor a contraluz"
BSO de Queen, pero si hay un langostino en medio de una caca de perro yo no me lo como, no sé tú.

Lo último que pasaba por mi mente durante esta peli era querer ser inmortal, ya que eso elevaría las posibilidades de tener que volver a visionarla. Suelo ser bastante generoso poniendo notas, pero he sentido una gran satisfacción al ponerle un dos a este pedazo de lo que rima con "rasura".