“Un puente lejano” es una película con tantos pros como contras. A su favor están un reparto cumplidor plagado de caras conocidas, una extrema fidelidad a los hechos reales que narra y un puñado de buenos planos, maquillaje y diseño de producción.
En contra está que resulta, en cierto modo, una película sin hilo conductor, sin una trama que logre enganchar, sin profundidad en los personajes y una duración excesiva.

Esto pasa porque intenta ser una película y un documental al mismo tiempo y se queda a medio camino de ambas. Como documental resulta interesante, pero para ello debería ser más fiel y objetivo con los hechos reales de lo que es, sin tomarse licencias, y tampoco hacen falta estrellas en el reparto. Como película es un poco desastre, pues se pierde en escenas de relleno, demasiados personajes con los que no se puede empatizar y que no llegan a tener protagonismo unos sobre otros, por lo que tampoco era necesario ese reparto, los papeles podrían ser interpretados por actores de segunda fila con el mismo resultado.

Se echa de menos un ritmo más ágil, una duración menor, una historia más de película y menos de documental, una mayor profundidad en los personajes, la guerra, sus consecuencias... y, por qué no, el punto de vista del bando contrario, pues apenas se toca.