¿Dios existe?. Si en un escenario lleno de paz y armonía no lo encontramos, busquemos dentro de un escenario que sea todo lo opuesto. Pero, ¿Y por qué no mejor, buscar al demonio?. Porque si el Demonio existe, Dios también, como ausencia del mal. Ok, entonces, ¿por dónde empezamos esa búsqueda ?. Necesitamos una atmosfera depravada, retorcida, violenta, aunque, en ese ambiente, ¿aguantaremos el tiempo suficiente?.

Desde el comienzo de esta historia, la concatenación de acontecimientos, entrelazados mediante una narración atractiva nos reclama la atención a la pantalla y nos atrae. Para ese momento ya estamos envuelto en una atmósfera sórdida, en un cuento medieval de la América profunda, muy profunda. Esta no es una película de personajes: Los personajes son sólo eslabones, premisas de esta búsqueda que nos propusimos al comienzo. Por otro lado, el tiempo en el que transita esta historia es caprichoso: Lo mismo se congela en algunas historias que las devora en otras, con el gran mérito de esos actores, que sacan tajada de esos personajes propios de una mitología del inframundo de la américa muy profunda en apenas un instante.

Y llegados al fin... ¿Encontramos lo que buscábamos?. Algo había. Queda por ver si hemos dado con el demonio o es el ser humano. ¡No sé!, habrá que ver esas imágenes a cámara lenta. Película muy recomendable.