No puedo hacer una crítica a toda la serie porque dejé de verla a partir del quinto episodio así que analizaré las causas de por qué dejé de verla. Antes un pequeño resumen de la serie. Nicholas (Nick) es un detective de policía que fue convertido en vampiro hace unos ochocientos años, alrededor del 1200 en París, con ayuda de una forense que conoce su secreto y un compañero que no y que trabaja de día por él ya que para los demás tiene alergia a la luz solar intentarán resolver los crímenes que se cometan en Toronto, Canadá.

Pues bien, la serie no es más que una «Castle» o «Bones» solo que esta vez el detective es un vampiro. No sé si la cantidad de vampiros aumentará en la segunda y tercera temporada o en los episodios que me quedaron por ver de la primera pero hasta el quinto muy pocos. Los crímenes que se resuelven no tienen nada que ver con los vampiros y lo único que podría resultar interesante o diferente a otras producciones de investigación criminal es cómo se las ingenia para engañar a su compañero y a los demás y que no se den cuenta de que es un vampiro. Porque esa es otra, no basta con que no haya vampiros sino que además él quiere convertirse en humano por lo que que no mata a humanos y como ya digo no se ven apenas cosas de vampiros.

Total, como ya dije la dejé de ver al quinto episodio porque a mí este tipo de series no me suelen atraer demasiado, si las viera en la TV una vez en semana pues a lo mejor pero tener todos los episodios y ver uno detrás de otro al final terminas muy aburrido. Para terminar es una de esas series que recuerdas con nostalgia y que quieres ver entera porque en España hasta hace poco las series eran muy maltratadas y nos las ponían enteras o les cambiaban el horario, no sé si sigue igual porque ya digo que hace mucho que no veo TV pero recuerdo «Perdidos» que la ponían en la TVE2 y luego la cambiaron y luego la cambiaron de canal, una locura vaya, pero que cuando vuelves a ver te das cuenta de que no eran gran cosa.