Si tuviera la oportunidad de decírselo a un niño pequeño.
El propio Timmy Turner es desde esta perspectiva cambiante y evolucionaria, un niño acomplejado, problemático, insoportable, gritón, sin gracia y visiblemente idiota a nivel ejecutivo. Hartman tuvo la dicha más cuestionable de crearnos a unos seres trastornados por las danzas de realidad y antiracionino presentes en Dimmsdale. En todo episodio examinado uno por uno, Timmy lo desea practicamente todo, desea boberías, insultos de grueso calibre hacia la ilustre humanidad y un cierto homenaje a las horrendas pesadillas que afectan la circulación del niño hacia la adolescencia cayéndose para atrás matándose al instante sin recobrar la conciencia, está una niñera que es la viva reencarnación de la momia, un maestro de escuela loco y malnacido, padres cretinos y ausentes que dudo si compartan la sangre, un neo-nazi musculoso con delirios de grandeza seguido de dos padrinos que no pueden remediarse el uno al otro, porque desconocen la mente descuidada y sucia de nuestro enemigo dientudo.
Es más cada final siempre es del mismo tono, un final que casi es insatisfecho, incomprensible, como si se pensáramos que no es un final perfecto del todo, te deja en un amargo "No Sabemos Que Le Pasó Al Personaje X"

Se nota que cada personaje compite por un solo trofeo, y está facilito para conseguirlo, el trofeo a quien tiene el daño cerebral más agudo.

He llegado a saber historias de bloggeros que muchos de estos pobres chiquillos y chiquillas se arrepienten de haber visto una repleta tonelada de temporada amarga, en toda su vida de esta grotesca serie que los victimiza y los estereotipa como problemáticos por mayoría de voto.
Aprende a ser más humano, por supuesto... mejor míralo cuando estés en la cárcel.