A ver quién es el guapo que le dice que no a la propuesta: un grupo de Nazis asentados en la Luna desde 1945 quieren construir el IV Reich invadiendo la tierra con platillos volantes y dirigibles espaciales. Así contado, es un disparate que no puede dejar de verse y que no es que tenga un cierto aroma a serie B, sino que se come a cucharadas. Ciertamente, Iron Sky da lo que promete en ciertos aspectos, pero fracasa (y es una pena), en otros. Visualmente, asumiendo la humildad del presupuesto, opino que no se puede pedir más, porque la estética retro-futurista de los Nazis lunáticos está perfectamente conseguida y las escenas de efectos visuales son más que dignas. El problema radica en el guión, que debió ser aún más disparatado y no quedarse en ciertos aspectos mal resueltos: nada que objetar al poderío yanqui y sus ridículos líderes, pero pudo hacerse de una manera más sutil, o al menos ya definitivamente descacharrante. En resumen, película entretenida y que da salida a nuestras más intimas fantasías juveniles con cierta solvencia.