Muchos fuimos al cine pensando que veríamos un recorrido cronológico por los disturbios, sus causas, su resolución, etc. La película empieza prometiendo eso con una trama coral pero en un momento dado la acción desemboca a un motel, a un grupo de torturadores y a un grupo de torturados. Los llamo así, y no "policías" y "represaliados" porque sinceramente no creo que sea eso a lo que asistimos. Asumiendo que fue una situación de alta tensión, en mi opinión la película fracasa porque es todo tan exagerado que el escenario final es "grupo de psicópatas tortura a conciencia a un grupo de desdichados en una casa abandonada sin posibilidad de pedir o recibir ayuda"; escenas de brutalidad policial hemos visto muchas, y muy crudas, pero el absurdo lo envuelve todo cuando vemos entrar y salir a decenas de miembros de la Policía estatal y de la Guardia nacional del lugar del crimen simplemente levantando las cejas y permitiendo que una panda de asesinos descerebrados con placa hagan de las suyas sin proponer un traslado a comisaría cuando claramente la situación está controlada y no hay riesgo ninguno. Bigelow no nos presenta policias racistas, de moral dudosa sometidos a presión, sino a tipos que parecen fruto de la endogamia y de una película de Tobe Hopper o Eli Roth. Para más INRI, es incomprensible que habiendo explicación para todo el embrollo (el disparo con arma de fogueo que es tomado por un francotirador), ninguno de los implicados haga el más mínimo ademán de aclararlo: todos callan y son convenientemente torturados: me parece increíble que un guionista serio no introdujera la posibilidad que alguno de los negros lo dijera y no fuera creído, porque es un elemento mínimamente realista. Después de estos hechos en el motel, absolutamente agotadores, entramos en una completa ruptura del ritmo con un tramo judicial bastante mejorable y subrayado hasta la naúsea para que el mensaje final no se nos escape: no hay justicia para los negros en ningún plano. El mensaje es cierto, pero el planteamiento es tan maniqueo y tan visceral y falto de análisis que, a la postre, la resolución sabe a vulgar TV movie. Remito por tanto a grandes películas como Arde Mississipi para captar la diferencia.