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Voto de DavidCarideS:
3
Thriller. Acción Un narcotraficante escapa de la justicia y huye en dirección a México. En su camino hacia la libertad sólo se interpondrán el sheriff de un pequeño pueblo fronterizo y sus inexpertos ayudantes. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2013
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arnold está abuelete. Antaño musculados brazos encarganbanse de atravesar estómagos a punkis, y portar babilónicas armas pesadas con el único fin de masacrar indeseables, han dado paso al hedonismo y vagueza de un cuerpo barrilete, fofo y privado de su perturbadora musculatura de antaño. Tras gobernar California con mano firme durante ocho años y no dejarse persuadir ni por los incendios, para negar a toda costa indultos a presos del corredor de la muerte, el amigo Arnold regresa al cine, acusando una alarmante falta de vitalidad directamente proporcional a su edad, en un filme dirigido por el director asiático Kim Ji-woon ( leí a alguien por Twitter tildarle de mejor director asiático vivo, a lo que obviamente solo puedo responder de una forma: “JA JA JA”), quién debuta en Hollywood con esta reestructuración del western adaptado a los tiempos modernos.

La idea de involucrar a Arnold como Sheriff de un pequeño pueblo americano, quien debe hacer frente a los villanos de turno, resulta de lo más simpática. Premisa que puede aparentar derivación en una especie de ‘Solo ante el peligro’, versión musculada (y atrofiada), pero nada más lejos de la realidad. ‘El último desafio’ es una amalgama de mediocridad inabordable y que lleva inevitablemente al sopor. Lastimosa es la seriedad con la que intentan presentarse ciertos momentos que abren la carretera a una locura de todo a cien que no hay por donde agarrar, mediocremente dirigida y pésimamente interpretada por un reparto que no pega ni con cola; Noriega, el anticarisma, expresa más con su semblante deforme en ‘Abre los ojos’ (no en vano, su culmen interpretativo); Forest Whitaker puede ostentar el título del gesticulador sobreactuado por antonomasia; y los compañeros de Arnold asoman ineptitud, especialmente al capullo interpretado por Johnny Knoxville, actor cuya bis cómica se haya en ser embestido por toro o disparado por un cohete, no como pseudopistolero. Al final, la película avanza, y avanza, pasan cuarenta minutos y Arnold solo se ha cargado a media docena de personas, la nostalgia aumenta, y mis pensamientos se centran en “ojala hubiera visto ‘Commando’ en el cine”, por lo menos aquella era un demencial divertimento. Los westerns son cojonudos, pero cuando se hacen bien...

@DavidCarideS

Blog: http://lazona-b.blogspot.com.es
DavidCarideS
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