Martes 31 de agosto, 7:20 pm, Cinépolis Diana. Como bien lo han dicho los compatriotas que han emitido su opinión acerca del atentado, es una pena que la mercadotecnia de los últimos meses nos inculque el dichoso festejo del bicentenario del movimiento de independencia y el centenario de la revolución mexicana, como si no pasaran sucesos que dirigen al país hacia un caos social indiscutible.

Al ver los acontecimientos en la época del Porfiriato y la manera de resolverlos, no cambia; los sucesos son resueltos por decisión unánime y cada sujeto al frente del gobierno continúa ejecutándolos, violando la ley, pisoteando los derechos de los ciudadanos y traicionando cualquier valor ético. A poco más de cien años la desigualdad socio-económico-cultural se acentúa y los representantes de los gobiernos solo ofrecen discursos distantes de la realidad y las necesidades de la gente. Hoy los medios pregonan una celebración en medio de violencia y corrupción; de pobreza, desempleo y crisis; ignorancia, deserción y ocio, hechos desatados por esa ineficacia gubernamental en cualquier área. ¿En dónde radica el festejo? Si como bien lo han dicho, los ideales jamás se llevaron a la práctica. Priístas, panistas, perredistas cualquier tendencia política resulta ser la misma porquería.

El atentado en contra del dictador Porfirio Díaz, es un buen pretexto para abordar que gobierno y algunos disidentes bajo ninguna causa guardan lealtad hacia los ideales; parece que al llegar a ciertos niveles de poder, es una sentencia de ceguera y un contagio de ambición desmedido por poseer la silla presidencial.

Entrando en materia, los productores de “El atentado” y su director de arte, repiten los logros visuales que anteriormente se habían logrado con Arráncame la vida -historia también enmarcada en el México de principios del siglo XX- pero que su historia es insuficiente para mantener el interés deseado por parte de quienes fuimos a verla. Hoy Jorge Fons tiene clara la denuncia en su película, se basa en una novela para relatar dentro de ese contexto político los tejes y manejes de muchas personalidades cercanas al dictador, no obstante el abuso de flash backs es excesivo, no aporta algo y la excesiva duración hace tediosa la trama.

Falta ese trabajo en los guiones para equilibrar el aspecto visual con la historia; en este caso le apuestan mucho al vestuario, peinados, caracterización, escenografía y al elenco, que cuenta con actores de renombre que suman la cinta a su curriculum y otros más decididos a tomarse su papel que les garantice un papel en la siguiente película.

En conclusión, Fons ha dado muestras de películas contundentes con menos presupuesto. La presente, tiene buena presentación.