El atentado

Me gusto mucho la dirección de arte y como es utilizada sobre todo en la representación de las carpas que creo es el elemento más valioso de esta película.
Por otra parte, la historia sobre el "atentado" contra el General Díaz pudo haber sido interesante; sin embargo, no me gusto la narrativa de la película ya que en mi opinión el uso de "flash backs" y el contar la trama desde distintos puntos de vista no fueron recursos utilizados de manera eficiente. El resultado habría sido el mismo que haber contado la historia de manera lineal. En pocas palabras no añadio nada.
Las actuaciones en general no son malas pero pasan sin pena ni gloria. Chema Yazpik es la excepción, buena actuación aunque el personaje daba para más y pudo haber sido mejor aprovechado. En cuanto a la interpretración del General Díaz, creo que nunca tuvieron una idea clara de como representarlo. No me gustaron las actuaciones de Julio Bracho, que no se puede desprender de su personaje de televisión, ni José María de Tavira.
La historia de cada uno de los personajes se queda corto para sumar y transmitir la intención de la película. Hay echos y personajes que uno cree saber lo que representan pero nunca hay una situación o gesto lo suficientemente elaborado y trabajado para que haga que uno se interese por el personaje más allá de la denuncia social. Por ejemplo el personaje que interpretra a la novia o amante de José María Yazpik se lo pudieron haber ahorrado.
Creo que es una película de denuncia y que quiere plasmar temas actuales y universales lo cual entendí perfecto pero la trama nunca es interesante, es muy gris y en conjunto le falta algo para transmitir el mensaje que debe de estar inmerso en la historia de cada uno de los personajes y situaciones.
La escena de sexo es de flojera, cuando lo que debería transmitir es placer, deseo, sexo o algo pero no transmite nada.
Es mi muy personal y subjetiva opinión.
Saludos,
Alex

Esta película es una de las de mayor presupuesto en el cine mexicano, ya que tuvo un costo aproximado de 6 millones de dólares, debido, principalmente, a la ardua tarea de ambientar la época mediante el vestuario y el diseño de producción (atención a los carruajes, los trenes o a la imprenta del periódico “El Imparcial”, de verdad hace que te sientas en el Porfiriato). No es en balde la participación de tantas empresas, de verdad la película merece un diez en la ambientación.

Este largometraje es dirigido por Jorge Fons, producido por Mónica Lozano y Diego López (productores de “Arráncame la vida”), y está adaptada de la novela de Álvaro Uribe, que al ser nóvela histórica combina personajes reales y ficticios. Es ambientada durante la época del Porfiriato, específicamente a finales del siglo XIX, momento en que el descontento al régimen de Porfirio Díaz, por parte de la población urbana en México, era incipiente, por lo tanto el hecho que da nombre a la película no es nada trivial, ya que da lugar a consecuencias muy interesantes y poco previsibles a lo largo de la película.

Otro aspecto a rescatar de la cinta son los actores, ya que esta superproducción mexicana cuenta con un sinfín de personajes bien caracterizados por actores mexicanos de de gran trayectoria; la mayoría en apariciones cortas. Sería muy difícil hablar de todo el gran reparto, así que sólo destacó la actuación que más me gusto, que fue la de Chema Yazpik en su papel de hombre feliz, borracho, cantor y anarquista; definitivamente es una actuación muy creíble.

A pesar de mi buena crítica hacía esta película, es muy doloroso ver como muchas situaciones que pasan en esta cinta- que data de más de cien años atrás- ocurren aun en nuestro país, como el maltrato y la discriminación a los nativos (o mal llamados “indios”), los problemas laborales, los malos políticos, la pobreza, entre otras cosas. Que agradable sería decir que los problemas de nuestro país se acabaron a raíz de la revolución, cuando sabemos que hubo un millón de muertos en vano, ya que los ideales de democracia, igualdad y alternancia que dieron paso a la revolución, fueron traicionados y siguen siendo traicionados en nuestro país. Como ya decía el propio director de la película, Jorge Fons, en México no hay por que celebrar el centenario de la revolución, sólo conmemorarlo para entender porque vivimos en este país tan desigual e injusto.

En fin, la película es muy recomendable. Sería muy bueno que la fueran a ver lo más pronto posible, ya que las películas mexicanas duran muy poco en cartelera, debido a la competencia con el cine norteamericano (y así vamos a festejar la independencia).

Lo mejor: La ambientación de la película y la trama.
Lo peor: El principio (la escena del atentado), la falta de musicalización en algunas escenas y Julio Bracho (no termina de convencerme como actor).

Martes 31 de agosto, 7:20 pm, Cinépolis Diana. Como bien lo han dicho los compatriotas que han emitido su opinión acerca del atentado, es una pena que la mercadotecnia de los últimos meses nos inculque el dichoso festejo del bicentenario del movimiento de independencia y el centenario de la revolución mexicana, como si no pasaran sucesos que dirigen al país hacia un caos social indiscutible.

Al ver los acontecimientos en la época del Porfiriato y la manera de resolverlos, no cambia; los sucesos son resueltos por decisión unánime y cada sujeto al frente del gobierno continúa ejecutándolos, violando la ley, pisoteando los derechos de los ciudadanos y traicionando cualquier valor ético. A poco más de cien años la desigualdad socio-económico-cultural se acentúa y los representantes de los gobiernos solo ofrecen discursos distantes de la realidad y las necesidades de la gente. Hoy los medios pregonan una celebración en medio de violencia y corrupción; de pobreza, desempleo y crisis; ignorancia, deserción y ocio, hechos desatados por esa ineficacia gubernamental en cualquier área. ¿En dónde radica el festejo? Si como bien lo han dicho, los ideales jamás se llevaron a la práctica. Priístas, panistas, perredistas cualquier tendencia política resulta ser la misma porquería.

El atentado en contra del dictador Porfirio Díaz, es un buen pretexto para abordar que gobierno y algunos disidentes bajo ninguna causa guardan lealtad hacia los ideales; parece que al llegar a ciertos niveles de poder, es una sentencia de ceguera y un contagio de ambición desmedido por poseer la silla presidencial.

Entrando en materia, los productores de “El atentado” y su director de arte, repiten los logros visuales que anteriormente se habían logrado con Arráncame la vida -historia también enmarcada en el México de principios del siglo XX- pero que su historia es insuficiente para mantener el interés deseado por parte de quienes fuimos a verla. Hoy Jorge Fons tiene clara la denuncia en su película, se basa en una novela para relatar dentro de ese contexto político los tejes y manejes de muchas personalidades cercanas al dictador, no obstante el abuso de flash backs es excesivo, no aporta algo y la excesiva duración hace tediosa la trama.

Falta ese trabajo en los guiones para equilibrar el aspecto visual con la historia; en este caso le apuestan mucho al vestuario, peinados, caracterización, escenografía y al elenco, que cuenta con actores de renombre que suman la cinta a su curriculum y otros más decididos a tomarse su papel que les garantice un papel en la siguiente película.

En conclusión, Fons ha dado muestras de películas contundentes con menos presupuesto. La presente, tiene buena presentación.

Esta película se estrenó en 2010 en México con motivo del centenario de la revolución mexicana, y considero que es una buena obra que injustamente no ha tenido el reconocimiento que se merece. El argumento, la fotografía y la recreación de la época son excelentes, de lo mejor en el cine mexicano; la dirección es estupenda, y no podía ser de otra manera viniendo de la lente de un veterano del cine como es el maestro Jorge Fons. El elenco también es de primera calidad, encabezado por Daniel Giménez Cacho, José María Yazpik e Irene Azuela, que están insuperables en sus papeles, y honrado con la participación de dos instituciones del cine como son las señoras María Rojo y Angélica Aragón.

Esta cinta está ambientada en 1897 y rescata un caso olvidado, o poco conocido, de la historia de México: un intento de asesinato contra el presidente Porfirio Díaz, en el cual estuvieron implicados varios personajes, incluyendo a un alto funcionario. Su trama está basada en la novela “El expediente del atentado” de Álvaro Uribe, la cual a su vez se inspiró en hechos reales. “El atentado” es una buena muestra del cine histórico que se está haciendo en México, no sólo por ser una ecuación que resuelve bien en una hermosa película de época, sino también por ser un recurso documental que, aunque envuelto en el ropaje de la ficción, nos da a conocer un suceso curioso y sorprendente de la historia mexicana.

Tras unos títulos de crédito muy destacables, las expectativas de encontrarnos ante una notable película iban creciendo, quizás por ello la decepción fue mucho mayor. Con una dirección artística (con pinturas al óleo de fondo) notable, una buena banda sonora y unas interpretaciones que, aunque sir ser memorables, si que están a la altura de lo esperado, el gran problema de El atentado lo encontramos en su guión, en el cual se abusa demasiado de largos flashbacks poco interesantes y de una preocupante falta de nervio narrativo.