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Voto de Juan Marey:
8
Drama Tres estafadores que operan en Roma, Augusto, Roberto y Picasso, preparan un golpe con la ayuda de otro timador, conocido con el sobrenombre de "El Barón". Éste les espera en una solitaria carretera para entregarles las instrucciones. El trío llega a una casa de campo donde, aprovechándose de la buena fe de unas pobres mujeres, les estafan cerca de medio millón de liras. (FILMAFFINITY)
21 de junio de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "Almas sin conciencia" Fellini firmó la segunda película de la que luego sería su célebre triología sobre "la soledad", empezando con "La Strada (1954), y acabándola con "Las noches de Cabiria" ("Le notti di Cabiria-1957). Fellini se inspiró en algunos estafadores que había conocido en Rimini durante la posguerra, sobre todo un tal Lupaccio, y en la increíble credulidad de la gente sencilla, pasando a exponernos, con un claro trasfondo de denuncia, las andanzas de un grupo de estafadores de medio pelo que aprovechándose de la ignorancia, a la vez que de la codicia de los estafados, irán consiguiendo robos de poca monta simplemente para ir subsistiendo. Aunque la trama picaresca podía haber dado pie a pasajes cómicos, el film se inclina por el patetismo, gracias al agudo cuadro de personajes presentados, ya sean los timados, que han creído ver un poco de luz que les va a permitir salir de su miseria, ya sean los timadores, que intentan escalar en su muy triste 'profesión'.

Estupendas interpretaciones de un grupo de actores en estado de gracia. El reparto es de quitarse el sombrero, empezando por Broderick Crawford "El político", seguido de Richard Basehart "Moby Dick" y Franco Fabrizi "Calabuch", metidos en el cuerpo y alma de Augusto, Picasso, y Roberto, respectivamente esos tres timadores de poca monta, que más que almas sin conciencia, son auténticas almas en pena, y con ellos su musa y adorada esposa del gran maestro, la extraordinaria, la inimitable, la excepcional Giulietta Masina, el papel de Masina como esposa del timador Picasso es pequeño, pero resulta asombroso cómo la actriz brilla en la pantalla, despidiendo el fulgor que se supone a una mujer enamorada de su marido, aunque sea un granuja.

Espléndida película llena de desbordante imaginación y con un guión lleno de originalidad y frescura, una amarga y dramática historia con unos personajes conmovedores y patéticos y a la vez dignos de lástima.
Juan Marey
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