Segunda película conjunta de la sensacional pareja de actores Jack Lemmon/Walter Matthau después de la excelente "En bandeja de plata" deBilly Wilder. Con guión de Neil Simon adaptando su propia obra teatral, Gene Saks dirigió con acierto esta divertida comedia sobre la difícil coexistencia entre dos amigos, uno divorciado y otro a punto de estarlo, con distintas singularidades psicológicas... Lemmon es un neurótico de la limpieza y del orden, además de un pesado “cocinillas”, Matthau es, digamos, su antítesis, posee un carácter totalmente anárquico, es absolutamente desordenado y tiene su propia filosofía de vida. Ambos personajes, sin duda, no tienen desperdicio.

Lemmon y Matthau son dos actores perfectos para esta película, encajan de una manera magistral y no dejan de arrancarnos una carcajada cada vez que entabla una conversación de diálogos tan chispeantes como ellos, en una casa donde el largo pasillo sin duda constituye un gran acierto. Es una película que despierta cariño hacia los dos personajes, no te inclinas ni por uno ni por otro, ambos son encantadores con todos sus defectos y virtudes y así nos lo hace saber Sacks, dando a cada personaje una fuerte personalidad desde el principio. Fantásticos.

Una película que hará las delicias de los aficionados a la comedia inteligente y madura sobre la dificultad de mantener una relación de convivencia, ya sea amistosa o marital. Sin duda merece la pena ver este entrañable film, o volverlo a ver de nuevo si ya lo conocíamos, porque la esencia de la comedia de cine clásico, está perfectamente reflejada en ella. Al final siempre recordaremos con una agradable sonrisa a esta pareja de amigos, con incompatibilidad absoluta de caracteres conviviendo en un piso amplio de ocho habitaciones y luchando entre el orden compulsivo de Felix Ungar (Jack lemmon) y el desorden impulsivo de Oscar Madison (Walther Matthau)…