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Voto de Juan Marey:
10
Romance. Drama Siglo XIX, Rusia zarista. Adaptación de la novela homónima del escritor ruso Leon Tolstoi. El conde Vronsky, un joven y apuesto oficial, se enamora perdidamente de Anna Karenina, esposa de un alto funcionario de San Petersburgo. Cuando se conocieron en una estación de tren, un guardavías murió arrollado por un tren, y Anna interpretó este hecho como un mal augurio. Como el marido de Anna se niega concederle el divorcio, deciden vivir ... [+]
10 de noviembre de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Greta Garbo son un bien escaso, como el agua en el desierto o el aire en México D.F. Greta Garbo es la protagonista de “Ana Karenina” que sin lugar a dudas es una de las más grandes novelas que se han escrito nunca y además dirigida en esta ocasión por Clarence Brown, uno de los directores estrella de la Metro de aquellos años. Greta Garbo era una mujer extraordinaria, era extraordinaria en varios aspectos, porque su interpretación se adelantó a su época, porque sabía mirar como nadie y morir mejor que la mayoría, ahí está esa Camille de “La dama de las camelias” donde realmente parece que se está muriendo de verdad, en esta ocasión yo no creo que haya nadie más ruso que ella haciendo de ruso, es un prodigio como encarna a Ana Karenina.

Esta es bajo mi humilde opinión la mejor de las múltiples versiones que se han hecho de la “Ana karenina” de Tolstoi, una historia con la que se siente el placer de la lectura como pocas veces, en esta película está exprimida hasta la última gota de la obra de Tolstoi, en un film servido con el deslumbrante estilo que tenía Clarence Brown, era el director con el que mejor se entendía Greta Garbo y el que siempre pedía para trabajar a su lado, la entendía mejor que nadie, sabía que esa estatua de mármol podía en algún momento determinado vibrar e incluso hacer que de su piel tan pálida nosotros viéramos como circulaba la sangre. La película tiene todas las ventajas que tenía el cine de entonces, si había que construir un tren, se construía el mejor tren, si había que poner nieve en Pasadera, se ponía toda la nieve que fuera necesaria.

Una película irrepetible, una historia eterna como la de Tolstoi se ha convertido en una película para la eternidad como la de Clarence Brown. Yo creo que siempre será una ocasión estupenda en un momento determinado sentarse a ver un clásico, sentir lo que produce un clásico, esa temperatura llamada placer que produce leer o ver un clásico, placer es lo que se experimenta cuando se ve esta obra maestra del cine que se llama “Ana Karenina”.
Juan Marey
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