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Voto de Juan Marey:
8
Musical. Comedia Las hermanas Sherwood llegan a Nueva York para probar fortuna. Mientras que Elena quiere ser actriz, Ruth, que es escritora, confía en encontrar un editor que crea en su talento. Elena es guapa y tiene mucho éxito con los hombres, en cambio, Ruth, que no se considera nada atractiva, cree que acabará siendo una solterona. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Quine es un cineasta de mil caras distintas. Productor, guionista, director y también, en su niñez, actor (en títulos como Jane Eyre, de 1934), reúne una carrera irregular pero muy interesante. Su mejor época tras la cámara tuvo lugar en los cincuenta, con títulos como la fenomenal cinta negra “La casa número 322”(1954), con Fred MacMurray y Kim Novak, las entretenidas comedias, “Me enamoré de una bruja” (1959), de nuevo con Novak, Lemmon y James Stewart, o “La indómita y el millonario” (1959), en la que Jack Lemmon sufre en el reparto a Doris Day, y el estupendo musical que hoy nos ocupa “Mi hermana Elena” (1955), por cierto, elegido por Godard como una de sus diez películas favoritas de 1956 en su lista de Cahiers. En los años sesenta dirigió títulos como “Encuentro en París” (1964), con Audrey Hepburn, William Holden y Tony Curtis, “La pícara soltera” (1964), con Henry Fonda, de nuevo Curtis, Natalie Wood o Lauren Bacall, o “Cómo matar a la propia esposa” (1965), otra vez con Lemmon, aunque sus películas más recordadas de aquella década son “El mundo de Suzie Wong” (1960), con el protagonismo de William Holden y Nancy Kwan y, sobre todo, la excelente “Un extraño en mi vida” (1960), con Kirk Douglas y una Kim Novak que nunca ha estado mejor, artísticamente hablando.

“Mi hermana Elena” es la versión musical de un popular relato de Ruth McKinney que ya fuera llevado al cine por Alexander Hall en 1942, aunque en su composición se antepuso la parte musical a los elementos de comedia inherentes a la historia. Al inventarse el Scope se rehízo con una versión colorista en la que nos encontramos con grandes figuras al frente del reparto: Janet Leigh, entonces actriz de moda; Bob Fosse, futuro director de Cabaret que en la presente película trabaja como actor y bailarín, su paso a dos con Tommy Rall es lo mejor de todo el metraje; el gran Jack Lemmon al que hasta incluso lo escuchamos cantar una canción; y Betty Garrett, famosa actriz cómica que vio truncada su carrera a causa de las represalias políticas del senador McCarthy.

Una entretenida comedia musical escrita por el propio Quine que contó para la ocasión con la estrecha colaboración de nuestro querido y eternamente amado Blake Edwards. Diálogos ágiles e ingeniosos y un buen ritmo, en una película adecuada para pasar un buen rato. Realmente divertida y entrañable.
Juan Marey
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