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Voto de Juan Marey:
7
Cine negro Un periodista (Alan Ladd) investiga la vida de una mujer que ha aparecido muerta con evidentes signos de haberse suicidado. Gracias a las entrevistas con personas que la conocieron va haciendo encajar las piezas de un complejo rompecabezas que lo arrastra hasta los bajos fondos y lo pone en contacto con violentos personajes. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las personas que imaginan a los reporteros como jóvenes apuestos cuyas vidas están llenas de emociones, encontrarán su ideal en el halcón periodístico que Alan Ladd interpreta en "Chicago Deadline", porque el intrépido reportero del Sr. Ladd es precisamente este galán del que estamos hablando, un tipo inteligente que por azares del destino llega antes que la propia policía a un hotel barato donde una atractiva joven de origen misterioso acaba de morir de "tuberculosis", y claro, como intrépido reportero que es, se apropia de la libreta de direcciones que la pobre mujer tenía en su bolso y comienza una intensa investigación; en el curso de sus pesquisas, altamente complejas, por cierto, va a tener toda una variedad de encuentros que encajan perfectamente con el género del que estamos hablando, nuestro querido cine negro: Se topa con gánsteres malos, malísmos, tiene un romance con una deliciosa "chica fiestera", regaña a un vicioso vicepresidente de banco, y claro, tiene toda una variedad de peleas; el Sr. Ladd interpreta excelentemente a este reportero con ese estilo reservado y despreocupado tan propio de nuestro héroe: se enfrenta a los gánsteres, acaricia suavemente a la chica y fácilmente les da a sus oponentes el triple de lo que recibe. Para aquellas otras personas cuyo conocimiento de los periodistas (y, de hecho, de la vida en general) es un un poco más sobrio y cuerdo, esta fantasía seguramente parecerá una mezcolanza de clichés de ficción, pero con todo, la película funciona y en todo momento te mantiene pegado a la pantalla.

“Chicago Deadline” combina los elementos que todos los amantes del género conocemos y que aparecen en películas negras más famosas, por ejemplo, en obras maestras de la talla de “Laura” (1944), en la que también se investiga el asesinato de una bella y seductora mujer que ha aparecido asesinada en su apartamento, Laura Hunt (Gene Tierney), o de “Forajidos” (The Killers, 1946), en la que también existe una narración fragmentada construida a partir del testimonio de varias personas, o por último, “El gran carnaval” (Ace in the Hole, 1951), donde un periodista sin escrúpulos lleva a cabo acciones que incluso obstaculizan la investigación policial. Evidentemente, el resultado alcanzado en “Chicago Deadline” no se acerca en absoluto a la complejidad de los clásicos antes mencionados, pero sí es una más que interesante película contada con gran ritmo y potencia.

Ladd está excelente como ese, en principio, insensible reportero que intenta indagar en el pasado de esta pobre mujer, Rosita Jean d'Ur, que es como se llama la dama, y que resulta que ha estado relacionada con toda una serie de turbias personas, cuanto más descubre, más profundamente se siente fascinado por una mujer que nunca ha conocido. Bajo mi punto vista, uno de los problemas de la película es que esa mujer es la tierna Donna Reed, asociada más bien con esa buena chica a la que todos adoramos en “Qué bello es vivir”, y no tiene el aura de misterio necesaria que evoca el nombre de su personaje, también es difícil creer que haya estado involucrada con tantos hombres, desde gente rica con pocos escrúpulos, hasta gánsteres peligrosos.

Una notable película con una ingeniosa y bien urdida trama en la que no hay respiro, pero sí mucho misterio. La debilidad principal está en que hay demasiados personajes y la historia va en ocasiones dando tumbos de un lado a otro, lo que puede despistar y distraer bastante, pero con todo, pienso que merece y mucho la pena. Es una película prácticamente desconocida, pero en su momento fue nominada al Premio Edgar como “Mejor Película” por “Mystery Writers Of America”.
Juan Marey
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