Hay pequeñas películas que salvan las carreras de algunos directores talentosos que, por unas cosas o por otras, entran en un bache en el que nada de lo que hacen termina siendo del gusto de la crítica o del público. Es el caso de Shyamalan, que a principios de 2000 su nombre estaba asociado al éxito. ‘La Visita’ funcionó tan bien que nos aventuramos a pensar que Night estaba de vuelta… y ‘Múltiple’ lo confirma.

Sintiéndose a gusto, moviéndose con pequeños presupuestos y atmósferas inquietantes, ‘Múltiple’ es una película con el sello Shyamalan al 100%. Repleta de escenas para el recuerdo y en la que su protagonista, James McAvoy, luce como pocas veces había lucido antes en pantalla. Gran parte del éxito del film es gracias a él, pues cuando adopta las múltiples identidades de Kevin, somos capaces de distinguir en quién se va a transformar a continuación.

La mención especial es para el final. Si somos conocedores de su filmografía, sabemos que el director indio siempre guarda un as en la manga de cara al final. Los que reconozcan la partitura de música serán bienaventurados y disfrutarán ‘Múltiple’ a un nivel mayor que el resto de la sala. Una jugada tan astuta como arriesgada y perfectamente ejecutada.

Shyamalan ha vuelto. Espero que para quedarse.

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