En el segundo capítulo de la nueva temporada de 'Black Mirror' dirigido por Jodie Foster, viajábamos a un futuro no muy lejano en el que el control parental puede resultar excesivo. Con motivo de la "seguridad", a nuestros hijos decidimos sobreprotegerlos del mundo en el que vivimos. Brooker plantea el episodio de tal forma que nos identificamos con esa madre preocupada por su hija, y que se ha llevado un gran susto al verse sin ella y, también, con esa niña sobreprotegida, marginada en su clase porque no entiende ciertos términos o nunca ha experimentado ciertas emociones.

Dirigida con aparente simpleza por la realizadora y actriz americana (que anteriormente ya había dirigido films como 'El Castor'), poco a poco esa simpleza hace que vayamos empatizando con ambos personajes hasta un desenlace final que me ha parecido apoteósico, llevado hasta sus últimas consecuencias, como me suele gustar en esta serie.

Lejos del buen rollo que nos daba el 'USS Callister', este 'Arkangel' es un retrato dramático de una familia que, poco a poco, se va desestructurando. Una vez más, la tecnología está al servicio del hombre y tú eliges cómo utilizarla: para bien o para mal.

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