Clint Eastwood quería realizar un musical con Beyoncé de protagonista. Estaba casi todo preparado para ese proyecto que iba a llevar por nombre ‘A star is born’, pero la actriz se bajó del carro en el último momento debido a su embarazo y a problemas con el estudio, Warner Bros, que no había asignado fecha de inicio para el rodaje. El pobre Clint decidió no esperar y agarró el primer proyecto musical posible que podía realizar. Solo así se entiende la incursión de Eastwood en esta película.

Porque aunque pudiésemos entender ‘Jersey Boys’ como un Eastwood menor, en todo momento no nos parece una película suya. Un hombre que viene de hacer auténticas joyas (‘Mystic River’, ‘Gran Torino’, ‘Million Dollar Baby’), que es capaz de emocionar a gente a la que el rugby ni le va ni le viene con ‘Invictus’ o incluso es capaz de hacernos entender su mensaje con el díptico ‘Cartas desde Iwo Jima’ & ‘Banderas de nuestros padres’… ‘Jersey Boys’ es la menos Eastwood de todas.

Eastwood pincha con esta historia, la típica y rutinaria, sobre el ascenso en el mundo de la música, a la que le falta mucha mordiente, garra y sobra minutaje por los cuatro costados. No cabe duda de que está bien contada y de que tiene una bonita puesta en escena, pero hay un exceso de clasicismo, de forzadas interpretaciones (no me gustó ninguno de los protagonistas) que la convierten de golpe en un punto flaco en la carrera de Eastwood en los últimos años.

No suspendo la película porque el solo hecho de que Eastwood, a su edad, estrene, significa que sigue ahí, al pie del cañón. Y que ojalá el año que viene vuelva con algo que será seguramente mejor.

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