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España España · Valladolid
Voto de Hickeystyle:
9
Comedia. Drama En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el extravagante Guido llega a Arezzo, en la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a la encantadora Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Rodolfo, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible ... [+]
15 de abril de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta creer que el ahora olvidado Roberto Benigni a mediados de los 90 nos entregase una de esas películas que están en las quinielas de todos los espectadores cuando les preguntas por su película favorita. Como decía aquel, porque a pesar de todos los inconvenientes, la vida puede ser maravillosa.

En la década de los 90, Roberto Benigni, en colaboración con el guionista Vincenzo Cerami, vivió su época dorada con las películas ‘Johnny Palillo’ de 1991 y ‘El monstruo’ de 1994. Aunque no terminó de encandilar a la crítica, su nombre empezaba a sonar fuerte en su país de origen. Tres años más tarde ‘La Vida es Bella’ puso el punto álgido a su filmografía, a la que precedería su desastrosa versión de ‘Pinocho’.

Tres Oscars, entre ellos el de mejor actor, el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes, el Premio Cesar a la mejor película extranjera, Premio Goya a la mejor película europea… y quizás con todo y con eso nos quedamos cortos. Fue el mayor logro internacional del cine italiano desde Fellini.

‘La Vida es bella’ es una maravillosa película envuelta en la peor de las catástrofes. Su principal virtud: hacernos ver el lado bueno de las cosas en la más absoluta oscuridad. Cuando todo parece perdido, nunca hay que perder la esperanza.

Mencionábamos antes el hecho de que Benigni a Vincenzo Cerami y comenzara a trabajar con él, le había llevado a mejorar. El guión, que firman ambos, es una de esas piezas de relojería que aparecen en el cine muy de vez en cuando, en la que cada cosa no está metida al azar, no hay calzador, todo encaja de una forma maravillosamente perfecta. Cerami y Benigni se basan en el libro “Al final derroté a Hitler”, de Rubino Romeo Salmoni, que estuvo prisionero durante tres años en un campo de concentración y logró sobrevivir.

A partir de aquí, Benigni quedó estancado, al menos como actor, no sabiendo dar al espectador otra forma de actuación. Al menos en la película, su excentricidad y sus payadas están sumamente justificadas por la presencia de su hijo, la tierna mirada de Giorgio Cantarini.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Hickeystyle
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