A medio camino entre el descaro absoluto de saber que están copiando la misma fórmula (o esa sensación de “vamos a ir a lo seguro que es lo que funciona”) y patrón que les llevó a conseguir el éxito en taquilla hace unos años con ‘Infiltrados en clase’ y la autorreferencia u homenaje, nace ‘Infiltrados en la Universidad’ manteniendo intacta la fórmula del éxito, cimentada en la maravillosa química de la pareja protagonista.

En el aspecto físico, Jonah Hill y Channing Tatum no pueden ser más opuestos (me atrevería a decir que sucede lo mismo con sus capacidades interpretativas) pero no se puede negar que ambos, justo en pantalla, funcionan a las mil maravillas.

Si viste y disfrutase la anterior entrega (repiten bajo la dirección de Philip Lord y Chris Miller), probablemente estés maravillado con esta, pero no se puede ocultar la sensación de deja vu, de que te la sabes entera, de que los chistes y clichés universitarios están demasiado explotados, por eso a pesar de que es una buena comedia, no llega a calar demasiado hondo. Un consejo final: no os levantéis de la butaca tan pronto, ojito a sus magníficos títulos de crédito finales.

Al menos ya puedo decir que he visto una película mínimamente decente del engendro de Ice Cube.

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