Sin saber absolutamente nada de ella, me embarqué en uno de los proyectos más ambiciosos y locos del genio Terry Gilliam para terminar absolutamente fascinado y maravillado ante lo que era capaz de hacer. Hacen falta en el séptimo arte más tipos como él, con su ingenio, con su locura y con su capacidad de ver más allá de lo que otros lo hacen.

Con la imaginación por bandera y con unos efectos especiales revolucionarios para la época, Gilliam nos relata la historia del mítico Baron Münchausen, cuya vida es retratada por un grupo de actores hasta la aparición del verdadero, ya anciano, pero dispuesto a demostrar que todo lo que le sucedió era real. Una historia excesiva, cargada de surrealismo y muchísimo humor (ojito al pasaje de la luna) que fue un rotundo fracaso comercial. No en vano, Gilliam es Gilliam, y cuenta la historia como le sale del níspero. Aunque es cierto que si uno entra en su juego, terminará cogiendo cariño a esta aventura.

Con un reparto lleno de caras conocidas (como John Neville, una jovencísima Sarah Polley, Jonathan Pryce, Uma Thurman o Robin Williams), os invito a sumergiros en el mundo de Terry con ‘Las aventuras del barón Münchausen’. Es una pena que no pillara la historia de Don Quijote en esta época y rodase ‘Lost in La Mancha’, porque este Terry nos habría dejado una obra maestra para el recuerdo. No me cabe duda.

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