A parte del riesgo que se puede correr haciendo ciertas producciones, lo mejor que tiene Netflix hoy en día es descubrir nuevas producciones que sean capaces de engancharte de forma casi adictiva. Lo consiguieron con 'Stranger Things' y su feeling ochentero y lo vuelven a conseguir con esta casa de los horrores (una adaptación de la novela homónima de Shirley Jackson).

'La Maldición de Hill House' es lo mejor que le ha podido ocurrir al género de terror en años. Dura diez episodios y en ellos ocurre absolutamente de todo. Durante los primeros cinco, se presenta a cada uno de los personajes principales de la historia: cinco chicos que han quedado trastocados por los sucesos vividos en su infancia en una casa aparentemente “encantada”. Ningún personaje sobra y todos y cada uno de ellos tiene algo que contar. Son personajes muy bien construidos y pensados para conectar con el gran público.

Cuando el espectador ya está enganchado, la serie empieza a descubrir poco a poco los twist de guión que pillan por sorpresa. Os lo digo en serio, he visto bastantes series y películas de terror como para “olerme” lo que iba a pasar y muchos de los giros de 'La Maldición de Hill House' no los vi venir. Incluso, boté en el sofá un par de veces con algunos sustos, mayormente producidos por el genial personaje de “La mujer del cuello torcido”.

Pero no solo eso, la serie se guarda un episodio compuesto plenamente de varios planos secuencia que parecen homenajear al Hitchcock de ‘La Soga’. Que me aspen si no me pareció uno de los mejores episodios emitidos en lo que llevamos de año.

Por la producción podemos ver un par de caras conocidas, lo cual siempre es de agradecer. Me gustó recuperar a Timothy Hutton como el progenitor de los muchachos y la estupenda Carla Gugino como la madre de los mismos.

'La Maldición de Hill House' es una de esas series que se tienen que ver de aquí a que termine el año. No creo que haya una segunda temporada pues todo queda lo suficientemente bien hilado como para evitar cualquier continuación, por lo que su corta duración es otra buena razón para verla. Y estáis tardando.

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