Es el momento, creo que una idea no se puede «estrujar» ni «exprimir» mucho más. Steven Spielberg dio con una idea original, diferente y, sumado a su grandísima visión de director, logró hacer una obra maestra indiscutible que originó una serie de secuelas que se fue devaluando poco a poco. El arranque de la saga ‘Jurassic World’ fue prometedora a nivel de taquilla como para arrancar de nuevo otras tres entregas, aunque a un servidor el resultado le pareciese muy pobretón y solo con Bayona encontrásemos algo diferente.

‘Jurassic World: Dominion’ partía con la idea de dar un épico final, de unir ambas trilogías recuperando a los míticos personajes iniciales con los nuevos protagonistas, algo que ya había funcionado muy bien en otras franquicias como era el caso de ‘X-Men: Días del futuro pasado’. Pero ese «épico» final que se nos vende no llega en ningún momento.

No me equivoco si digo que, aparte de que los personajes están completamente desaprovechados y deambulan por una trama que no termina de saber hacia dónde quiere ir, en que es la película más aburrida de las seis. Ese metraje desmesurado, con la tendencia a que los blockbusters tienen que durar más de dos horas, hace que el film de tumbos y sea un plumazo durante sus primeros cuarenta minutos. Luego están las escenas de acción, rocambolescas, complicadas y que, encima, no evitan que se nos parezca a algo ya visto. El homenaje está muy bien, pero hay cosas calcadas que no funcionan.

Es decir, ‘Jurassic World: Dominion’ nos lleva a la conclusión de que hay que dejar descansar a los dinosaurios. Lo han dado todo y nos han dejado entregas muy entretenidas, pero la idea llega hasta aquí. El mensajito ecológico está muy bien, pero dejémoslos descansar.

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