Es difícil sacar más provecho de una historia que conoces casi de cabo a rabo porque, entre otras cosas, la has visto ya dos veces y muy bien adaptada. En esencia, esta nueva versión de ‘Los Siete Magníficos’ pone al día aquella de 1960 dirigida por John Sturges y que a su vez homenajeaba ‘Los siete samuráis’ de Akira Kurosawa.

Antoine Fuqua no es ni Sturges ni Kurosawa, sabe moverse bastante bien en el terreno de la acción. Así, la película luce con las coreografiadas escenas de acción, con disparos cuchillos y todo lo habitual del género, tan espectaculares y vistosas que lucen lo suficiente. Dispone de un guión bastante sencillo (escrito por Richard Wenk y Nic Pizzolatto) cuyo único punto creativo se basa en el toque católico que envuelve la historia, por lo que este remake se antoja simple y llanamente entretenido.

Es decir, ‘Los Siete Magníficos’ es una del oeste protagonizada por las estrellas del momento que cumplen con su propósito y es que una película con semejante reparto (Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Peter Sarsgaard y Vincent D’Onofrio) es muy complicado que saliese mal.

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