Sin paños calientes, ‘Batman v. Superman’ es una película que podríamos definir como “Superfallida”. Tiene ingredientes y acción a raudales pero sus responsables están tan interesados en mostrarte todo lo que tienen pensado hacer, que se olvidan de todo el argumento de la película. Sobran visiones, sueños y premoniciones.

Falta chicha, falta argumento. Eres capaz de contarme la muerte de los padres de Wayne con poderosas imágenes en los cinco minutos más inspirados de cinta, pero el destino de la batalla lo unes solo al nombre de la madre esperando el cambio radical de los personajes. Luego está el plan de Luthor, que está bien pero ¿De verdad es tan fácil robarle información de su gran mansión?

La película es potente cuando la dejan serlo (véase la trampa que le tienden a Superman en el juicio o la gran batalla contra el caballero oscuro) pero se vuelve monótona cuando quieren hacerla más y más grande. Sobra Doomsday, lo mires por donde lo mires. Prefiero ver las escenas de acción en las que Batman pelea, porque al menos me entero de algo, que el exceso de CGI destructivo que hay en su parte final.

Entre tanto superfallo toca hablar de los logros y uno de ellos es el Batman de Affleck, la versión más cruel y oscura que hemos visto hasta la fecha y Affleck está muy bien llevando el peso del murciélago a cuestas. Nada más iniciar la cinta hay una escena en la que creo que se resume muy bien el espíritu de Batman: se derriba un edificio y Bruce Wayne corre, sin traje, al rescate de las víctimas.

También sorprende Wonder Woman, arrebatando protagonismo a las dos grandes figuras del film. ¿Superman? Pues da la sensación de que a ratos no saben qué hacer con él. No entiendo tanta crítica al Luthor histriónico de Jesse Eisenberg cuando realmente su personaje mueve la película. Si sobre alguien deberían caer las críticas es sobre el personaje de Lois Lane, y más en la parte final de la película.

‘Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia’ por momentos me da lo que quiero ver: quiero a los dos superhéroes meterse a guantazos son tregua y cuando llega el momento la película funciona. Pero resulta que tampoco es su gran clímax final y lo que viene a continuación es bastante desastroso. Da una de cal y otra de arena. Quiere pero no puede.