Arranco el casillero de críticas del año con el regreso a la gran pantalla del mítico Luc Besson, director de ‘El Quinto Elemento’ entre otras. Reconozco que siento cariño por su cine y más por esos directores que, tras el trascurrir de los años, no pierde el toque ni la creatividad, ni el cariño por contar nuevas historias. Pero como me sucediese con su aventura de los Minimoys (que tuvo secuela), su nuevo proyecto carece del gancho al que en los años 90 nos tenía acostumbrados.

No es ‘Valerian y la ciudad de los mil planetas’ una mala película. Es más, tiene una factura bastante buena a nivel de historia de aventuras, efectos digitales. Me atrevería a decir que, ni siquiera, me han chirriado demasiado Dane DeHaan y Cara Delevingne como protagonistas.

Pero ha sido la sucesión de escenas más o menos típicas y desarrollo bastante mundano la que me ha ido, poco a poco, haciendo perder la fe en el proyecto. Es decir, en un momento dado todo se me ha puesto demasiado cuesta arriba, en gran medida, por su desmedido metraje. Si la hicieses un par de cortes de quince o veinticinco minutos, creo que la vendría que ni pintado. No es una historia que aguante nada bien en dos horas.

Así ‘Valerian y la ciudad de los mil planetas’ es un viaje espacial que disfrutarás más sentado en el sofá de tu casa, sin nada mejor que hacer o si fuera las condiciones climatológicas son adversas. Lamentablemente, no parece una excusa suficiente para ir a ver a Besson al cine. Aprobado justo.

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