Llego con bastante retraso para hacer la crítica de la que era, en mi calenderio cinematográfico, una de las películas que más esperaba. El regreso de Michael Mann, el director de ‘Enemigos Públicos’, ‘Heat’ o ‘Collateral’ vuelve al terreno en el que mejor se sabe mover, el thriller, pero esta vez ambientado en el mundo de los ordenadores.

Y si algo hemos aprendido de Mann en este tiempo es que va a morir creyendo en el cine que realiza, porque la película es puro y duro directed by Michael Mann. Su sello está por todos lados, con sus tomas aéreas de las ciudades, sus espectaculares e impecables secuencias de acción bañadas de tiroteos que quitan el hipo, su toque serio durante toda la cinta… lo más novedoso son algunas escenas en las que vemos el comportamiento que tiene el malware protagonista de la cinta.

Pero si bien su regreso es esperado, no significa que por ello sea del todo satisfactorio. Aunque la película está bien en general, no se puede negar que la trama no está tan a la altura de las anteriores cintas. Me sigue dejando ciertas dudas el personaje principal, no porque esté interpretado por Chris Hemsworth (da el pego como héroe de acción), sino porque no me termina de encajar su comportamiento o tal vez porque no termino de conocer al personaje completamente. Lo mismo me pasa con el resto del reparto.

En ‘Collateral’, por poner un ejemplo, antes de que Vincent asesinara al músico de jazz teníamos un genial diálogo en el que se introducía su personaje. Aquí me quedo con ganas de saber un poco más de los personajes. De Viola Davis sabemos que perdió a su marido en el 11/S y ya.

Además, en ‘BlackHat’, la trama adolece de cierto interés porque el espectador no sabe contra que o quienes está luchando la película. Vuelve la idea de que cualquiera con USB (o menos) puede causar el caos en cualquier sitio. Parece que le encanta a Hollywood esa idea de ciberterrorismo pero viendo lo que le pasó a los de Sony lo entiendo. Lo que le hubiera venido bien a la cinta es, quizás, alguna referencia más al villano de turno, porque cuando aparece es un “Ah, que es este, pues vale”, cuando debería de causarme respeto un tipo que hecho lo que le ha dado la gana en la bolsa y en una Central Nuclear.

En definitiva puede que sea la peor película de Michael Mann en mucho, mucho tiempo, pero con todo y con eso es un ejercicio estimable de dirección y un curioso thriller repleto de acción trepidante con un par de tiroteos geniales. Esta vez el guión no acompañó tanto. Eso quiere decir que mi fe en Mann continua intacta.

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