Llegó el momento. Tras casi diez años al mando del equipo, con tres películas y un cortometraje navideño a sus espaldas, ha llegado la hora de que James Gunn se despida de los ‘Guardianes de la galaxia’.

Soy de los que piensa que sin Gunn, este equipo de héroes probablemente no hubiera pasado de una película. Gunn ha sido capaz de dar su toque, su seña de identidad, a unos personajes a los que hemos terminado cogiendo mucho cariño, con sus aciertos y sus desaciertos.

Así, la historia elegida en esta ocasión sirve para indagar en los orígenes de Rocket, uno de los más carismáticos del grupo y del que apenas conocíamos nada. Se le ha buscado un antagonista a la altura, el Alto Evolucionador me parece un maravilloso acierto y un rival muy digno de este grupo de superhéroes que, tras esta última aventura, no volverá a ser el mismo.

‘Guardianes de la galaxia’ en su tercer volumen vuelve a ser una fiesta divertida, de lo más entretenida a pesar de su desmadrado metraje de dos horas y media (aunque, ¿Qué blockbuster no dura ya menos de dos horas hoy en día?). Una encantadora cinta de aventuras a modo de último viaje con los amigos de siempre, con una banda sonora que acompaña perfectamente la acción y con momentos que te harán reír y otros rozar que se te caiga la lagrimita.

Me ha faltado alguna sorpresa más, pero el resultado es de lo mejorcito que ha hecho Marvel en esta nueva fase. Larga vida a este maravilloso grupo de héroes.

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