La película empieza bien, una trama correcta que gira sobre una leyenda urbana, unos hechos pasados en el kilómetro 31, pero por momentos la trama se apaga para pasar a unas relaciones personales que realmente a nadie nos importa porque están muy mal llevada por parte de los actores, en ocasiones muy sobreactuados, sobre todo Adrià (Aquí no hay quien viva) Collado en sus coletazos finales del film todo sea dicho rozando el ridículo, que mal le sale las lagrimas y lloros, que estático en sus aires de venganza; Raúl Méndez es para mi el que más correcto lo hace, claro que su actuación en esta película no lo llevará a la alfombra del Teatro Kodak, no será ni invitado por decirlo cortésmente.
Luego está la prota del film, sosa como ella misma y que no vocaliza sus frases, vamos hubo veces que me costaba entenderla, aunque tampoco decía cosas de mucho interés, su actuación a mi parecer mediocre, para finalizar está el niño de la Maldición, película Oriental de las primeras que triunfó y gracias a ella nos machacan una y otra vez con los fantasmas de niños, niñas, casas encantadas, ranas, hermanas, sofás, teléfonos móviles, pozos y hasta culebrillas del lago si lo precisasen, vamos una Invasión que ni la de los ladrones de cuerpos, pues aquí el niño Mexicano que guarda un asombroso parecido con la peli citada, nos trata de aterrorizar correteando por el bosque y apareciendo el y su pequeña mano por todos lados, cosas del nuevo cine de terror, claramente influenciado por el Oriental y como este en su mayoría repetitivo y malo.


PD: Película sosa, bastante lenta y con final ridículo y rebuscado, vamos lo que se lleva hoy en día, no recomendable para los que odian tanta peli de fantasmas (en la que yo me incluyo).