KM 31

Película que ya has visto millones de veces, aún sin haberla visto.


Mezcla el mundo de los vivos con el de los muertos, NOVEDAD.

Un niño fantasma igual que el de 200 películas japonesas, NOVEDAD.

Persona en coma que conecta con el mundo de los muertos, NOVEDAD.

Hermanas gemelas con pasado traumático y que tienen conexiones extrasensoriales, NOVEDAD.

Adriá Collado actuando de pena, NOVEDAD.

Personas vivas que luego resultan estar muertas, NOVEDAD.


Y además de toda esta "ORIGINALIDAD", casi no se entiende nada del argumento, la tensión que ofrece es de risa y hay escenas muy largas que no tienen ningún tipo de interés.

¿Por qué hay tantos directores que confunden lo raro e incomprensible para el espectador con el miedo?


En fin, una auténtica porquería. Un chico sentado detrás mío en el cine, nada más terminar la película, dijo: "VAYA PASTELÓN". Cuanta razón...

"Km 31" es un solvente film de terror que ahonda de nuevo en los efectos fantasmales del pasado en la actualidad, es decir, tragedia atrás en la historia, presencia de espíritus hoy en día para recordarselo a unos pobres desgraciados que tienen la mala fortuna de pasar por el lugar. Castañeda en cambio, con este material a priori escaso de originalidad y archiconocido desarrolla un film entretenido en base a sus aciertos como realizador, a su ritmo y a que casi nunca cae en la desfachatez tan tentadora en el género actual. La de Collado es, digamoslo claro, la interpretación más floja del conjunto, en muchos momentos desconecta al espectador de la historia con su entonación fuera de lugar. El resto del reparto, ya puramente mexicano, está más a tono con la película. "Km 31" es una película que no acude en exceso al gore y que opta por la vía del susto, de corte fantasmal más potente y excesivo en el tramo final.

Hay algo frustrante en esta película, y tiene que ver con el talento de Castañeda para crear imágenes capaces de infundir verdadero miedo en el espectador: ¿por qué desaprovechar este potencial en un guión tan manido y pretencioso? Lo pretencioso, sobra decirlo, se desliza del papel a la forma con pasmosa facilidad. Lo trascendente casa bien continente y contenido cuando el discurso es sólido y tiene algo personal que decir; si, como es el caso, este se limita a recuperar la deuda del nuevo cine de terror oriental y a cascarte traumas personales que no aportan nada el resultado puede ser una película tan decepcionante como esta Km 31, cuya densidad formal pesa más que un muerto y hace que su visión resulte siempre un tanto plomiza, un tanto cargante.

Creo que le ha pasado un poco lo mismo que a Nacho Cerdá y Los abandonados: a Rigoberto le veo talento como realizador, pero la historia que cuenta interesa tan poco y la forma en que la cuenta se agota tan rápidamente que echa por tierra cualquier logro estilístico que pudiera haber desperdigado a lo largo del metraje. Quizás si hubiera tirado de elementos más tradicionales la cosa hubiera despertado más interés, pero con estos mimbres narrativos y una propuesta visual cada vez más tendente a la pedantería no queda nada que hacer si no lamentarse de lo que es y de lo que pudiera haber sido. Lo que no quita que más adelante, con un guión más original y mejor trenzado y un mayor control de sus ambiciones, el tal Rigoberto pueda ofrecer alguna película de género verdaderamente interesante. Capacidad, tiene.

Lo mejor: acomete las escenas de puro miedo con templanza, sin abusar de golpes de efecto. Y eso me gusta (y me asusta).
Lo peor: un final en el que Castañeda se pasa siete pueblos. Horroroso.

Hace ya varios meses que pude ver esta película y, sin lugar a dudas, podría considerarse una de las cintas de terror más estúpidas del año pasado. Y no, al contrario de lo que dice Happy Fan Boy (hola), la cinta de Rigoberto Castañeda es una mierda. Sin más. Quizá sea original comparada con el resto de obras salidas en tierra mexicana, eso no lo sé, pero a nivel general es una obra fallida, tonta, ridícula y con más errores de los que podrían enumerarse en una crítica. Es poco consecuente consigo misma con la finalidad de intentar confundir al espectador sin caer en la cuenta de que, ¡EH, LLEVAMOS DESDE 1998 SIENDO INUNDADOS POR EL TERROR JAPONÉS!

Así, la obra naufraga entre un mar de tópicos y de gilipolleces a partes iguales. ¿Alguno recuerda la conexión espiritual que había entre las dos niñas de 'Dos Hermanas'? Ok, pues aquí igual. Una tía es atropellada, se queda en coma y su hermana, que es hipersensible -aunque está buena-, empieza a sentir visiones y mucha más mierda de ese estilo. Total, que toda emocionada se dirige al Kilómetro 31 (prff) a investigar la razón por la que su hermana se metió el leñazo. Y claro, una cosa lleva a la otra, y topa con la casa de una vieja que mediante un plot twist tremendamente original se revelará como... en fin, ¿A que NADIE ha visto El Sexto Sentido?.

También tenemos por ahí a Adriá Collado, probando suerte con productos hispanos mientras compagina su carrera con la mierda esa que resulta ser "La que se avecina", donde hace de un actor frustrado, dicho sea de paso. En esta película es el hermano, o el novio, o el amigo -ni me acuerdo- de la protagonista, y van juntos hasta a cagar al baño, aunque él le dice "no, no vayas al KM.31, que la niña de The Ring acampa por ahí y te va a hacer daño..."; Ella es gilipollas y va. ¿Cómo no va a ir, si estamos ante una película de terror asiático -genérica- rodada en México?

La música es la típica, lenta pero con un "cataplún" cuando en teoría debe dar miedo, la fotografía es bastante malucha, y únicamente podría salvar de esta porquería el tramo final, que es tan tópico, tan absurdo, y encima se toma tan en serio... que pasa de dramático-terrorífico a divertido. Y menos mal, por que la película en general es un puto coñazo... Eso sí, las hay peores: Coisa Ruim (El Maligno), sin tener que irnos a Hollywood.

La película empieza bien, una trama correcta que gira sobre una leyenda urbana, unos hechos pasados en el kilómetro 31, pero por momentos la trama se apaga para pasar a unas relaciones personales que realmente a nadie nos importa porque están muy mal llevada por parte de los actores, en ocasiones muy sobreactuados, sobre todo Adrià (Aquí no hay quien viva) Collado en sus coletazos finales del film todo sea dicho rozando el ridículo, que mal le sale las lagrimas y lloros, que estático en sus aires de venganza; Raúl Méndez es para mi el que más correcto lo hace, claro que su actuación en esta película no lo llevará a la alfombra del Teatro Kodak, no será ni invitado por decirlo cortésmente.
Luego está la prota del film, sosa como ella misma y que no vocaliza sus frases, vamos hubo veces que me costaba entenderla, aunque tampoco decía cosas de mucho interés, su actuación a mi parecer mediocre, para finalizar está el niño de la Maldición, película Oriental de las primeras que triunfó y gracias a ella nos machacan una y otra vez con los fantasmas de niños, niñas, casas encantadas, ranas, hermanas, sofás, teléfonos móviles, pozos y hasta culebrillas del lago si lo precisasen, vamos una Invasión que ni la de los ladrones de cuerpos, pues aquí el niño Mexicano que guarda un asombroso parecido con la peli citada, nos trata de aterrorizar correteando por el bosque y apareciendo el y su pequeña mano por todos lados, cosas del nuevo cine de terror, claramente influenciado por el Oriental y como este en su mayoría repetitivo y malo.


PD: Película sosa, bastante lenta y con final ridículo y rebuscado, vamos lo que se lleva hoy en día, no recomendable para los que odian tanta peli de fantasmas (en la que yo me incluyo).