Reconozco que "Sexo en Nueva York" es una serie que no me encandiló en exceso cuando en su día vi un par de sus capítulos (y sus dos películas posteriores me resultaron aún menos memorables), pero decidí revisar la serie que tantas alabanzas recibe ahora en comparación con sus adaptaciones al cine. Y una vez vista la serie entera lo reconozco: es cierto que la serie es tremendamente superior a las películas, la serie resulta mucho más mordaz en su comedia y mucho más primordial en su entretenimiento.

Obviamente quien vaya buscando realismo sobre las mujeres y sus problemas se ha equivocado de destino. Esta serie es una COMEDIA, es exagerada en su temática e irreal en su hedonismo, con personajes ilusorios y quiméricos (aunque amenos y soportables). Pero logra lo que busca: entretener, divertir y relajar de forma frívola y zalamera. Es una serie ligera, desenfadada y de fácil visionado; cada episodio apenas dura unos 20 minutos bastante distraídos e ingeniosos, y no hace falta ver los capítulos anteriores para disfrutar de cualquier episodio ya que ofrece una repetitiva fórmula para cada capítulo (pero de sencilla digestión): las aventuras amorosas (y sexuales) de cuatro amigas urbanitas de clase media-alta, y sus marujeos y confidencias posteriores sobre el tema que se hacen siempre de forma desenfadada y cómplice.

Básicamente en eso trata la serie, en los líos amorosos y sexuales de sus cuatro protagonistas (que no son unas Meryl Streep de la interpretación precisamente, pero salvan el cuello honorablemente), sus deslenguadas y "liberadas" tertulias, debates y conversaciones en las que se transmite a las mil maravillas la diversión y relajación entre amigas, y su incondicional y cálida amistad con aprecio y apoyo mutuo a pesar de sus distintas personalides y visiones.

Afortunadamente aquí la moda no juega un papel tan cargante como en las películas y la serie y sus personajes no gastan tantos minutos en ese vacuo interés como si de una religión se tratara.

En fin. Es una comedia orientada al género femenino, de cotilleos y chismes entre mujeres con guasa, escenas morbosas de cama, guerras de sexos algo planas, y exaltación a lo urbano y su bullicio. Busca hacer desconectar y amenizar... y eso lo consigue con creces. El problema es su eterno formulismo en su argumento que la hace algo repetitiva y poco novedosa, por lo que al final deja de interesar.

A subrayar lo mejor de la serie y lo que la sostiene de forma vital (produciendo las mejores y más habituales carcajadas): el personaje de Samantha Jones y sus desternillantes situaciones, diálogos y salidas.

Lo mejor: La sintonía de la serie. Samantha Jones...