Yorgos Lanthimos (que ya asomaba la patita en cuestión de abordar dilemas morales intimistas con impronta y carácter en la algo más irregular pero también curiosa y interesante "El sacrificio de un ciervo sagrado" (2017)) nos propone una revisión de la historia sobre un momento concreto del reinado de Anne de Inglaterra: la rivalidad de dos de sus nobles a la hora de influenciar a esta peculiar monarca (rivalidad que se mantuvo un par de décadas pero que el film concentra en un periodo de tiempo más corto). El poder de influencia tanto de Sara Churchill, Duquesa de Marlborough (y pariente del lejano descendiente Wiston Churchill. De casta le viene al galgo) como el de la Baronesa Abigail Masham están más que documentados así como los rumores sobre si la relación de ambas con la monarca iban más allá de la pura amistad (en aquellos tiempos del siglo 18, cuando el río sonaba... agua solía llevar).

Y el film aprovecha esta premisa para narrarnos una trama colmada de luchas cainitas que tanto juego saben dar en pantalla si se desarrollan con inspiración y juicio. Y este es el caso de "La favorita", una cinta que juega con las peleas de poder de forma diversa, repleta y heterogénea. Porque el guion no solo aporta tejemanejes políticos de negociaciones a traición, sino que también ofrece unas batallas épicas de sus personajes por el afecto, el lujo o el placer. Se trata de unos personajes perdidísimos por la riqueza material, por las ansias de poder, por la obsesión de control y por la dependencia afectivo-sexual.

Así pues el guion nos regala una profusión argumental que se agradece para todo aquel que guste de disfrutar del cine con sustancia y erudición. Porque el libreto de "La favorita" no erra en el tratamiento que hace de sus personajes y sus situaciones. La disección que se realiza del trío protagónico es tan espeluznante como natural: por un lado tenemos a un personaje que no esconde sus ambiciones políticas y que se cree con el derecho a pasar por encima de todo el mundo con tal de alcanzar su ideal (en su caso, "el bienestar de la patria")... para luego desvelarse como un ser traicionero de la inmensa confianza que se le ha dado, por otro lado tenemos a un personaje psicopático y amoral capaz de engañar a todo el mundo con tal de alcanzar las comodidades que nunca ha podido alcanzar... para ir observando que su psicopatía tiene su origen en traumas pasados que han enquistado su alma. Y luego por supuesto tenemos a la reina de la función, una reina infantil y caprichosa a la par que bondadosa y generosa; la Reina Anne de Olivia Colman es el personaje más interesante a pesar de ser el títere influenciable de sus dos "favoritas", con una autoestima frágil y dependiente, con una mentalidad simple y bobalicona, con un carácter bamboleante e imprevisible pero ... con la mínima cantidad de corazón que tanto necesitan el resto de personajes y con el mando justo como para salir ganando entre tanta inmundicia de amoralidad (ojo a la escena final que descubre quien es la verdadera favorita, más en spoilers).

Desde luego Colman, Weisz y Stone tienen tres caramelos en sus roles, algo que aprovechan para deleite del espectador. La talla actoral de Weisz está más que afianzada (recomiendo el visionado de las infravaloradas "Negación" (2016) y "Mi prima Rachel" (2017) para comprobarlo) y aquí vuelve a demostrarlo con oficio (sutil pero potente en lo momentos claves, divertida en la parte más alocada del relato, trágica de forma natural, etc.), es uno de sus mejores papeles y eso es decir mucho. Emma Stone que siempre me ha parecido limitada y sobrevalorada como actriz encaja como anillo al dedo en este papel y logra sorprender positivamente en quien esto escribe (su mejor interpretación hasta la fecha en mi opinión), un personaje de los que amas odiar. Y Olivia Colman está sencillamente sublime y su Oscar merecidísimo; con un carisma arrollador, una jovialidad contagiante (atención a...